Itinerario completo del Crucero por el Nilo en Egipto
- Jen y Licha

- 10 ago
- 14 Min. de lectura
Actualizado: 4 sept
Desde Hurghada volvimos a usar GoBus para trasladarnos hasta Luxor, la ciudad donde comenzamos una de las aventuras más inolvidables de nuestras vidas: el crucero por el Nilo. El trayecto duró unas 5 horas y nos costó tan solo 9 USD, un precio más que accesible para lo que vendría después.
Y ahora sí, al gran protagonista del viaje. El crucero por el Nilo fue, sin exagerar, una de las mejores experiencias que hemos vivido en todo este tiempo que llevamos viajando. Prepárate para quedar con la mente llena de historias milenarias, rodeado de templos monumentales, leyendas de dioses y faraones. Eso sí, vas a necesitar unos días después para descansar.
El itinerario es intenso, con excursiones que arrancan bien temprano, incluso antes del amanecer. Esto se hace para evitar tanto las multitudes como el calor agobiante del sur egipcio. Pero cada esfuerzo vale la pena.
Nosotros lo hicimos a través de Civitatis, y te dejamos aquí el enlace de la excursión contratada, que incluye 4 noches y 5 días navegando el mítico Nilo. La experiencia fue excelente: el paquete incluía guía en español y tuvimos la suerte de contar con Ahmed, un apasionado egiptólogo que nos llevó de la mano por el fascinante mundo del Antiguo Egipto.
Te contamos con lujo de detalles todo lo que visitamos y cómo fue vivir esta travesía mágica por el río más legendario del planeta.

DÍA 1:
El primer día a bordo del crucero por el Nilo es ideal para relajarse y recargar energías antes de lanzarse de lleno a la maratón de templos y maravillas históricas que vendrán después. Es un día tranquilo, perfecto para aclimatarse al ritmo de navegación y conocer a otros viajeros con los que probablemente compartas más de una excursión y alguna que otra anécdota.
Nos recogieron puntualmente a las 12:00 hs en nuestro hotel en Luxor y nos llevaron directo al barco para hacer el check-in y disfrutar del primer almuerzo a bordo. Desde ese momento, comenzamos a sentir la magia del Nilo.
Tuvimos mucha suerte con nuestro barco: si bien no era de lujo, estaba en excelentes condiciones y fue más que cómodo para nuestra travesía. Además, nos sorprendió gratamente que, a pesar de estar en un país musulmán, a bordo el ambiente era mucho más relajado: pudimos disfrutar de nuestra primera cerveza egipcia mientras tomábamos sol junto a la pileta.
La jornada fue libre, ideal para descansar, explorar el barco, tomar un café por la tarde con vistas al Nilo al caer el sol, y cerrar el día con una cena deliciosa. Un comienzo tranquilo, pero perfecto, para lo que sería una verdadera inmersión en el corazón del Antiguo Egipto.
DÍA 2:
El segundo día del crucero comenzó bien temprano, a las 4 de la mañana. Sí, cuesta salir de la cama a esa hora, pero créenos que vale totalmente la pena. Desayunamos con el cielo aún oscuro y partimos rumbo a uno de los sitios más impactantes de todo Egipto: el Valle de los Reyes. Una experiencia que te deja alucinado desde el primer momento.
1.VALLE DE LOS REYES
Explorar una tumba faraónica en el imponente Valle de los Reyes fue, sin duda, una de las experiencias más emocionantes que vivimos en Egipto. Situado a tan solo 10 kilómetros de Luxor, este valle desértico, oculto entre majestuosos acantilados, guarda algunos de los secretos mejor conservados del Antiguo Egipto.
Durante el Reino Nuevo (1539-1075 a.C.), este lugar se transformó en el cementerio real por excelencia. Aquí descansaron faraones, reinas, sumos sacerdotes y príncipes, todos ellos buscando protección para sus cuerpos y tesoros, convencidos de que podrían alcanzar la vida eterna.
El valle se divide en dos zonas: el Valle del Este, donde se encuentran la mayoría de las tumbas abiertas al público, y el menos accesible Valle del Oeste, también conocido como el Valle de las Reinas. Hasta hoy, los arqueólogos han descubierto más de 60 tumbas, muchas de ellas decoradas con impactantes jeroglíficos, relieves y textos funerarios que ilustran el viaje del alma del faraón hacia el más allá.
Cada tumba albergaba una cámara funeraria cuidadosamente escondida en la piedra caliza, donde reposaba la momia del difunto rodeada de objetos de gran valor: joyas, alimentos, mobiliario, incluso carros de guerra. Esto respondía a la creencia de que el alma eterna reanimaría el cuerpo y necesitaría estos bienes en su nueva vida.
Aunque los antiguos egipcios hicieron todo lo posible por ocultarlas y protegerlas de saqueadores, la mayoría de las tumbas fueron desvalijadas con el tiempo. La gran excepción fue la tumba de Tutankamón, descubierta intacta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter. Este hallazgo revolucionó la arqueología mundial y sigue siendo uno de los más famosos de la historia.
Hoy en día, solo 11 tumbas están abiertas al público, y muchas de ellas rotan para su preservación. Nosotros visitamos las de Ramsés IV, Ramsés IX y Ramsés III, y quedamos maravillados por la calidad de los colores y los detalles, que se conservan impecables.
Si estás planeando tu visita, te dejamos algunos datos útiles:
-Tumba de Tutankamón: entrada adicional de 400 EGP. Aunque es pequeña y sencilla en comparación, su valor histórico es incalculable, y aquí se puede ver la momia original del joven faraón.
-Tumba de Seti I: considerada una de las más bellas y elaboradas del valle. Entrada especial de 1000 EGP.
-Tumbas de Ramsés V y VI: la única tumba doble, con una entrada de 120 EGP. Es la más grande abierta al público y una verdadera joya arquitectónica.
-Entrada al complejo (en el crucero está incluida): 750 EGP y permite el ingreso a 3 tumbas.
La visita al Valle de los Reyes es simplemente deslumbrante. Las tumbas parecen auténticas galerías de arte subterráneas, y los colores vivos de los jeroglíficos te hacen sentir que estás retrocediendo 3.000 años en el tiempo. Este sitio es considerado uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo, y ofrece una ventana única a la cultura, la religión y el arte del antiguo Egipto.
2.TEMPLO DE HATSHEPSUT
Desde el Valle de los Reyes seguimos nuestra travesía hacia el Valle de Deir el-Bahari, hogar del magnífico Templo de Hatshepsut. Este santuario está dedicado a la única mujer que llegó a reinar en Egipto durante más de 20 años, y es un testimonio vibrante de su poder y visión.
El Templo de Hatshepsut destaca inmediatamente por su arquitectura única. A diferencia de otros templos egipcios, parte de esta maravilla está esculpida directamente en la roca, mientras que otra sección se alza en el exterior, organizándose en tres majestuosas terrazas conectadas por una amplia rampa. Esta fusión entre la montaña y la edificación es una muestra de la maestría técnica y la creatividad de la época.
Históricamente, Hatshepsut se distinguió no sólo por su reinado, sino también por las innovaciones que dejó plasmadas en este templo. Aunque desafortunadamente muchas de las inscripciones y representaciones de la faraona fueron borradas o dañadas por orden de su hijastro Tutmosis III, quien, al sentirse amenazado tras haberle arrebatado el trono, impulsó una campaña de venganza que incluyó la destrucción de imágenes y relieves, aún es posible admirar algunos vestigios donde se la muestra en compañía del dios Amón-Ra. Conectándonos con el pasado glorioso y conflictivo del Antiguo Egipto.
La visita a este templo es verdaderamente fascinante: cada terraza, cada pasadizo, cada detalle artístico nos habla de una época en la que la religión y el poder se entrelazaban de una forma tan intensa que aún hoy se respira misticismo en cada rincón. Esta experiencia no solo te invita a descubrir la historia, sino a sentir la energía de una reina que desafió las convenciones y dejó una huella imborrable en el legado egipcio.
Entrada al Templo (en el crucero está incluida): 140 EGP

3.COLOSOS DE MEMNÓN
Nuestra excursión continuó con una breve pero imponente parada en los Colosos de Memnón, dos estatuas monumentales de piedra que custodian silenciosamente la ribera occidental del Nilo desde hace más de 3.000 años. Estas esculturas gemelas representan al faraón Amenofis III, uno de los soberanos más importantes de la dinastía XVIII, cuyo reinado marcó una época de esplendor artístico y arquitectónico en el Antiguo Egipto.
Cada coloso mide aproximadamente 18 metros de altura y originalmente formaban parte del gigantesco templo funerario de Amenofis III, hoy desaparecido casi por completo debido a terremotos e inundaciones del Nilo. Aun así, estas dos figuras siguen en pie, como eternos guardianes del pasado, mirando hacia el este.
El sitio se encuentra muy cerca de Medinet Habu y al sur de las grandes necrópolis tebanas. Es un alto rápido en el camino, pero absolutamente recomendable: las estatuas son impresionantes tanto por su tamaño como por su historia.
Eso sí, para este punto del día el sol ya se hacía notar con fuerza, y el calor comenzaba a apretar. Por eso nuestra parada fue algo más breve, apenas el tiempo suficiente para unas fotos y admirar la magnitud de estas figuras milenarias antes de regresar a la combi y continuar con la aventura.
Entrada al Templo: su acceso es gratuito
4.TEMPLO DE KARNAK
Antes de regresar al barco para almorzar y tomar un merecido descanso, el cerebro ya estaba saturado de tanta historia fascinante, hicimos una última parada en uno de los lugares más imponentes de todo el recorrido: el Templo de Karnak.
Este recinto sagrado, ubicado a orillas del Nilo, es el templo más grande de Egipto y uno de los más importantes del mundo antiguo. Su construcción no se limitó a un solo reinado, sino que fue embellecido y ampliado a lo largo de más de 2.000 años por diferentes faraones, cada uno dejando su huella personal. Karnak no era solo un templo, sino el principal centro de culto al dios Amón, y formaba parte de un vasto complejo religioso que asombraba incluso en su propia época.
Una de las curiosidades más impactantes es que el Templo de Karnak estaba antiguamente conectado al Templo de Luxor por una avenida ceremonial de más de 3 kilómetros, conocida como el Camino de las Esfinges, flanqueada por más de 600 esculturas con cuerpo de león y cabeza humana o de carnero. Hoy en día, este corredor sagrado ha sido parcialmente restaurado, y caminar por él es como atravesar un portal al pasado.
El complejo de Karnak es gigantesco: patios, salas, capillas, obeliscos, estatuas colosales, jeroglíficos por todas partes, incluso un lago sagrado utilizado para rituales religiosos. Pero si hay un rincón que te dejará sin aliento, es la Gran Sala Hipóstila, una verdadera maravilla arquitectónica.
Entrar en esta sala es como perderse en un bosque de piedra: 134 columnas de hasta 23 metros de altura, decoradas con relieves y jeroglíficos en cada centímetro, te envuelven por completo. La luz se filtra entre las gigantescas estructuras creando un juego de sombras deslumbrante. Es imposible no sentirse pequeño e insignificante frente a semejante obra de arte.
Después de esta visita inolvidable, sí que necesitábamos una pausa.
Entrada al Templo (en el crucero está incluida): 220 EGP

5.TEMPLO DE LUXOR
Luego de almorzar a bordo y recargar energías con una merecida siesta, volvimos a salir al caer la tarde para visitar el que, sin saberlo aún, se convertiría en nuestro templo favorito de todo Egipto: el majestuoso Templo de Lúxor.
Ubicado en la antigua ciudad de Tebas, que fue capital del país durante su época de máximo esplendor, este templo fue construido hace más de 3.500 años por los faraones Amenhotep III y Ramsés II, dos de los nombres más poderosos del Reino Nuevo. Hoy en día, es una de las joyas arqueológicas imprescindibles en cualquier ruta por Egipto.
Situado en pleno centro de Luxor, a orillas del Nilo, el templo está dedicado al dios Amón, el creador del universo según la mitología egipcia, y conserva gran parte de su estructura original. Al recorrer sus patios, rodeados de enormes columnas, y pasar junto a las colosales estatuas de los faraones, uno no puede evitar sentirse teletransportado a otra era. La entrada al templo está flanqueada por dos obeliscos, aunque solo uno permanece en su lugar original: el otro fue obsequiado a Francia en el siglo XIX y hoy se alza en el centro de la Plaza de la Concordia, en París.
Tuvimos la suerte de visitarlo al atardecer, cuando la luz dorada del sol comienza a caer sobre las piedras milenarias, y las luces artificiales lo iluminan mágicamente al llegar la noche. El ambiente era casi místico, y lo mejor: había muy pocos turistas. Poder recorrer este sitio con tranquilidad, sin multitudes, es un verdadero lujo, especialmente si viajas en temporada alta.
Así cerramos nuestro segundo día de crucero por el Nilo, agotados pero completamente maravillados por todo lo que habíamos vivido. Cada templo, cada historia y cada rincón de este viaje nos hacía amar Egipto un poco más.
Entrada al Templo (en el crucero está incluida): 250 EGP

DÍA 3:
Después de navegar durante la noche por las tranquilas aguas del Nilo, despertamos en Edfu a las 05:30 hs. un horario que después del madrugón del segundo día nos pareció hasta razonable. Con el cielo apenas comenzando a clarear, disfrutamos del desayuno a bordo mientras el barco atracaba y nos preparábamos para la próxima aventura.
6.TEMPLO DE EDFU
Siguiendo el curso del Nilo, llegamos a uno de los templos más fascinantes y mejor conservados de todo Egipto: el Templo de Edfu, dedicado al dios halcón Horus, símbolo de la realeza y el cielo.
Este templo impresiona desde el primer momento no solo por su estado de conservación, sino también por su monumentalidad. Permaneció enterrado bajo la arena del desierto durante siglos, lo que ayudó a protegerlo del paso del tiempo y de las invasiones. Fue construido entre el 237 y el 57 a.C., durante el período helenístico, por orden del faraón greco-egipcio Ptolomeo III, y es un ejemplo perfecto de la grandeza de la arquitectura religiosa egipcia, incluso en sus etapas más tardías.
El templo conserva todas las partes tradicionales de los templos egipcios: el pilono de entrada, un amplio patio ceremonial, las majestuosas salas hipóstilas llenas de columnas, la cámara de ofrendas, la sala central y, al final del recorrido, el santuario, donde aún se puede ver una copia de la barca sagrada utilizada en las procesiones del dios Horus (la original se encuentra en el Museo del Louvre, en París).
Uno de los aspectos más llamativos del templo son sus múltiples inscripciones y relieves grabados en muros y columnas, que no solo representan escenas mitológicas, sino que también ofrecen valiosa información sobre la vida religiosa y social del Antiguo Egipto, así como detalles sobre la construcción del templo.
Sin embargo, no todo lo que encontramos fue inmaculado. En la segunda Sala Hipóstila, es imposible no notar los daños en los relieves tallados en el techo. Estos fueron provocados por los cristianos durante los primeros siglos de nuestra era, cuando consideraban las imágenes paganas y decidieron destruirlas. Aun así, el lugar sigue transmitiendo una energía poderosa y mágica.
Recorrer el Templo de Edfu es como adentrarse en un capítulo intacto del pasado. Su estado de conservación, su simetría perfecta y la claridad de sus relieves lo convierten en una visita imprescindible para quienes buscan entender la majestuosidad de la civilización egipcia.
Entrada al Templo (en el crucero está incluida): 450 EGP

7.TEMPLO DE KOM OMBO
Regresamos al barco y retomamos la navegación rumbo a Kom Ombo, una pequeña ciudad a orillas del Nilo que alberga uno de los templos más singulares e intrigantes del Antiguo Egipto. Este sitio mágico está ubicado a solo 40 kilómetros de Asuán, ciudad donde pasaríamos nuestras últimas noches de crucero.
Al llegar, la imagen del Templo de Kom Ombo nos dejó fascinados: un recinto totalmente simétrico, con dos entradas independientes que conducen a capillas, patios y santuarios paralelos, pero dedicados a dos dioses distintos. La entrada norte está consagrada a Haroeris (Horus el viejo), mientras que la sur pertenece a Sobek, el temido dios cocodrilo, señor de las aguas y símbolo del poder creador del río Nilo.
Este templo, que fue construido principalmente durante la dinastía ptolemaica (siglo II a.C.), destaca por su diseño dual, que refleja la convivencia de dos cultos distintos en un mismo espacio, algo poco común en la arquitectura religiosa egipcia. A pesar de esta división, también hay áreas compartidas, lo que añade aún más interés a la visita.
Uno de los aspectos más llamativos del templo es la iconografía tallada en sus muros. Aquí no solo encontrarás las típicas representaciones de los dioses, como Sobek con su característica cabeza de cocodrilo, o Horus con cabeza de halcón, sino que también podrás ver una de las curiosidades más fotografiadas del lugar: un conjunto de instrumentos quirúrgicos tallados en piedra en uno de los muros posteriores. Lo sorprendente es que muchos de ellos son increíblemente similares a los que se utilizan hoy en día en los quirófanos modernos.
Al finalizar la visita, no te pierdas el Museo del Cocodrilo, que está incluido en el precio de la entrada (100 EGP). Este pequeño pero fascinante museo alberga varias momias de cocodrilos que fueron encontradas en las cercanías del templo, junto con objetos rituales y explicaciones sobre el culto a estos animales, considerados sagrados en la región.
La atmósfera de Kom Ombo, con el Nilo de fondo, el templo bañado por la luz cálida del atardecer y el contraste entre lo espiritual y lo terrenal, lo convierten en uno de los sitios más especiales del crucero.
Entrada al Templo (en el crucero está incluida): 100 EGP

DÍA 4
Después de desayunar a las 07:30 hs, una hora que, a estas alturas del viaje, ya no sentíamos como madrugar, partimos hacia lo que sería nuestra penúltima parada en este recorrido por el Nilo: el encantador Templo de Filae, uno de los lugares más pintorescos que visitamos en Egipto.
8.TEMPLO DE FILAE
Este templo está dedicado a Isis, la poderosa diosa del amor, la maternidad y la magia en la mitología egipcia. Fue una de las divinidades más veneradas en la antigüedad, y su culto se mantuvo vivo incluso durante el periodo grecorromano. De hecho, el Templo de Filae fue uno de los últimos santuarios del Antiguo Egipto en seguir activo, hasta bien entrado el siglo VI d.C., cuando finalmente fue cerrado por los cristianos.
Pero lo más sorprendente de este templo no es solo su belleza arquitectónica, sino su historia más reciente: originalmente se encontraba en la isla de Filae, que quedó completamente sumergida bajo las aguas tras la construcción de la presa de Asuán. Gracias a una ambiciosa operación de rescate liderada por la UNESCO en los años 60, el templo fue desmontado y reconstruido piedra por piedra en la cercana isla de Agilkia, donde lo podemos visitar en la actualidad.
Para llegar hasta allí, se toma una pequeña lancha que navega entre islotes de granito negro y vegetación tropical, lo que le da al recorrido un encanto exótico y diferente al resto de templos del viaje. La llegada es sencillamente espectacular: el templo se alza frente al agua, rodeado por palmeras, como si fuera un decorado cinematográfico.
Una vez dentro, se pueden recorrer los columnados patios, las capillas laterales y el santuario principal, decorado con relieves que muestran a Isis, Osiris y su hijo Horus. También hay inscripciones griegas, coptas y jeroglíficas que narran distintos periodos de la historia del templo, reflejando la fusión cultural de esa época.
El Templo de Filae fue, sin dudas, una de las visitas más mágicas del crucero. Su entorno, su historia y su conexión con la diosa más venerada del antiguo Egipto lo convierten en un lugar imprescindible.
Entrada al Templo (en el crucero está incluida): 140 EGP
Con esta visita al Templo de Filae cerramos nuestro cuarto día de crucero por el Nilo, maravillados por todo lo que habíamos descubierto. Ya con el corazón lleno y la cámara repleta de fotos, regresamos al barco para disfrutar de una tarde libre.
El ritmo del viaje empezaba a aflojar, y este respiro fue ideal para relajarnos en la cubierta y contemplar el atardecer sobre el Nilo. Un momento perfecto para absorber todo lo vivido y prepararnos para la gran despedida del viaje.
Porque sí, al día siguiente nos esperaba el madrugón más épico del itinerario, pero también una de las experiencias más esperadas y memorables de todo Egipto: la visita a los imponentes templos de Abu Simbel.

DÍA 5
9.ABU SIMBEL
Y sí, a las 03:00 am sonó el despertador. Aunque el cuerpo pedía seguir durmiendo, la emoción de lo que nos esperaba fue suficiente para activarnos. Después de un desayuno rápido, nos subimos a la combi que nos llevó durante tres horas a través del desierto hasta los majestuosos Templos de Abu Simbel, una de las joyas más imponentes del Antiguo Egipto.
Aunque suele hablarse en singular, es importante saber que Abu Simbel está conformado por dos templos, excavados en la roca en el siglo XIII a.C. por orden del poderoso faraón Ramsés II. El primero y más conocido está dedicado a él mismo, y deslumbra con su impresionante fachada flanqueada por cuatro estatuas colosales de 20 metros de altura que representan al faraón. Su interior alberga varias salas con relieves finamente tallados que narran episodios de su vida, sus hazañas militares y su estrecha relación con los dioses.
El segundo templo, más pequeño pero igualmente impactante, fue consagrado a su esposa preferida, la reina Nefertari. Su fachada presenta seis figuras de igual tamaño: cuatro de Ramsés y dos de Nefertari, una representación poco común y que deja en claro la importancia que tuvo esta reina en la vida del faraón.
Pero además de su belleza arquitectónica y simbólica, Abu Simbel encierra una historia moderna fascinante. Tras permanecer durante siglos semiocultos por la arena del desierto, los templos corrían el riesgo de quedar sumergidos por las aguas del Lago Nasser tras la construcción de la Gran Presa de Asuán. En una operación sin precedentes liderada por la UNESCO, ambos templos fueron desmontados y reubicados piedra por piedra en una zona más elevada, salvándolos de un destino trágico.
De esta manera, nos despedimos a lo grande del crucero por el Nilo, con una experiencia inolvidable que resume la grandeza, el misterio y la magia de la civilización egipcia.
Por si te lo estás preguntando, la excursión a Abu Simbel no estaba incluida en nuestro crucero. La contratamos de forma independiente a través de nuestro hospedaje en la isla Elefantina, a un precio mucho más accesible. Pagamos 1.200 EGP que incluían la entrada al complejo y el traslado ida y vuelta. En comparación con lo que ofrecía el crucero, fue una excelente decisión.

















Comentarios