Qué ver y hacer en Bucarest
- Jen y Licha

- 14 ago
- 13 Min. de lectura
Actualizado: 3 sept
Conocida como “la pequeña París del Este”, Bucarest es una ciudad que sorprende por sus contrastes: amplias avenidas arboladas, elegantes edificios de la Belle Époque y, al mismo tiempo, huellas visibles de su pasado comunista. Situada a orillas del río Dâmbovița, la capital rumana combina historia, cultura y una vibrante vida urbana que la convierten en un destino cada vez más popular en Europa del Este.
Entre sus mayores atractivos destaca el imponente Palacio del Parlamento, una de las construcciones más grandes del mundo, que refleja tanto la ambición como las contradicciones de la era Ceaușescu. También merece la pena perderse por el Casco Antiguo (Lipscani), con sus calles empedradas, cafés bohemios, bares de moda y edificios históricos que cuentan la historia de la ciudad desde la Edad Media hasta hoy.
Bucarest también es ciudad de parques y jardines, como el Parque Cişmigiu o el Parque Herăstrău, perfectos para desconectar del bullicio, y de museos que muestran su rica herencia cultural, como el Museo Nacional de Historia de Rumanía o el Museo del Pueblo al aire libre.
Su gastronomía, con platos como la sarmale (arrollados de repollo rellenos) o el mici (pequeñas salchichas a la parrilla), y su vida nocturna animada, hacen que la experiencia sea completa. Bucarest no solo es una puerta de entrada a Rumanía, sino un destino con personalidad propia, capaz de enamorar tanto a los amantes de la historia como a quienes buscan una ciudad dinámica y cosmopolita.

Las 10 mejores cosas que hacer en Bratislava
Pasear por el Casco Antiguo (Centrul Vechi)
Visitar el Palacio del Parlamento
Descubrir el Ateneo Rumano
Recorrer el Parque Herăstrău y el Museo de la Aldea
Admirar la Iglesia Stavropoleos
Catedral de la Salvación del Pueblo Rumano
Explorar el Pasaje Macca-Vilacrosse
Visitar el Monasterio Antim
Catedral Patriarhală
Cenar en Caru’ cu Bere
1.CALEA VICTORIEI
Nuestro recorrido por Bucarest comienza en la escalinata del Museo Nacional de Historia de Rumanía, ubicado en plena Calea Victoriei, la arteria principal de la ciudad y una de las avenidas más emblemáticas del país. Caminar por ella es sumergirse en la historia y la cultura rumana, ya que aquí se concentran algunos de los edificios más bellos y representativos de la capital.
A escasos pasos, se alza imponente el Palatul CEC, una de las estampas más icónicas de Bucarest. Catalogado como Monumento Histórico, este palacio llama la atención por su majestuosa cúpula de cristal y metal. Fue inaugurado en 1900 como sede del banco más antiguo de Rumanía y diseñado por un arquitecto formado en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de París, en una época en la que Bucarest vivía su máximo esplendor y competía por ser una de las capitales más elegantes de Europa.
Frente al Palacio, la Strada Stavropoleos, una coqueta calle peatonal, conduce a uno de los lugares más tradicionales de la ciudad: Caru’ cu bere, el restaurante más antiguo de Bucarest, del que hablaremos más adelante.
💡 Tip de viajero: recorrer Calea Victoriei a pie, preferentemente por la tarde, permite disfrutar de sus fachadas iluminadas y del ambiente vibrante que mezcla historia, comercio y vida local.
2.MONASTERIO STAVROPOLEOS
Nuestra siguiente parada es una auténtica joya del casco histórico: el Monasterio Stavropoleos, un remanso de paz que parece detenido en el tiempo. Fundado en 1724 por el monje griego Ioanichie Stratonikeas, este conjunto monástico destaca por su pequeña pero bellísima iglesia ortodoxa y su encantador claustro.
Su arquitectura es un perfecto ejemplo del estilo brâncovenesc, que combina elementos bizantinos, otomanos, renacentistas y barrocos. Al cruzar sus puertas, el bullicio de la ciudad desaparece: el aroma a incienso, las pinturas murales que cubren cada rincón, los iconos dorados, y las lámparas de araña cuyos cristales brillan con la luz tenue de las velas, crean una atmósfera casi mística.
La música bizantina que a veces se escucha de fondo, entonada por el coro del monasterio, termina de completar la experiencia. Sin duda, es uno de los lugares santos más bonitos y especiales de Bucarest.
💡 Info útil: La entrada es gratuita, pero se agradecen donaciones para el mantenimiento. Abre todos los días de 9:00 a 17:00 h.

3.LIBRERÍA CARTURESTI CARUSEL
A solo cinco minutos caminando en dirección opuesta a Calea Victoriei se encuentra uno de los rincones más fotogénicos de Bucarest: la Librería Cărturești Carusel. Ubicada en un edificio histórico del siglo XIX, esta joya arquitectónica combina elegancia y modernidad, con imponentes columnas blancas, balcones curvos y una escalera central en espiral que parece sacada de un cuento.
Aunque alberga más de 10.000 títulos, muchos visitantes no vienen únicamente por los libros, sino para capturar en fotografías su atmósfera luminosa y delicada. Sus seis niveles invitan a recorrer cada rincón, desde la planta baja con novedades editoriales hasta la última planta, donde se esconde una coqueta cafetería con vistas al interior.
El barrio que la rodea es un laberinto encantador: callejuelas adoquinadas llenas de tiendas con encanto, bares de diseño y pequeños restaurantes que invitan a quedarse un rato más.
💡 Info útil: Entrada gratuita. Horario habitual: lunes a domingo, de 10:00 a 22:00 h.

4.PASAJE MACCA - VILACROSSE
De regreso a la Calea Victoriei, merece la pena detenerse en uno de los rincones más singulares del centro: el Pasaje Macca – Vilacrosse. Este elegante callejón comercial de finales del siglo XIX, con forma de herradura, conecta dos calles y está protegido por un techo de vidrio amarillo que filtra la luz y crea una atmósfera acogedora en cualquier época del año.
Bajo su cubierta se suceden cafeterías, restaurantes y pequeñas tiendas, muchas con terrazas interiores que invitan a sentarse un rato y disfrutar del ambiente. Durante la Bèlle Époque, este pasaje era un lugar de encuentro de la alta sociedad, aunque en tiempos del régimen comunista se lo conocía como el Pasaje de los Joyeros por la cantidad de orfebres que trabajaban allí.
Hoy es un rincón perfecto para resguardarse del calor o la lluvia, tomar un café y admirar otro de esos detalles arquitectónicos que recuerdan por qué Bucarest llegó a ser llamada “el París del Este”.
💡 Info útil: Entrada gratuita. Abierto todo el día; más animado por la tarde y noche.
5.PASAJUL VICTORIA
Siguiendo nuestro recorrido por la Calea Victoriei, la caminata nos lleva al pequeño Teatro Odeón, un elegante edificio de estilo clasicista que marca el inicio de una escena urbana muy contrastante. Justo enfrente se alza el Palacio de las Telecomunicaciones, un bloque imponente que nos devuelve a la estética sobria y monumental de la época comunista.
Entre ambos se esconde una sorpresa: el Pasajul Victoria, probablemente el callejón más fotografiado de Bucarest gracias a su techo cubierto de paraguas de colores que flotan sobre las mesas de cafeterías y bares. Este pasaje, que conecta la Calea Victoriei con la calle Academiei, es un ejemplo de cómo la ciudad mezcla lo histórico con lo creativo, convirtiendo rincones cotidianos en escenarios llenos de vida y color.
Ideal para tomar algo, hacer una pausa y capturar una foto digna de postal, el Pasajul Victoria es un recordatorio de que Bucarest no solo vive de su pasado monumental, sino que también abraza tendencias modernas y fotogénicas que atraen a locales y visitantes por igual.
💡 Info útil: Entrada gratuita. Mejor visitarlo de día para apreciar los colores, aunque por la noche también se ilumina y gana encanto.
6.PLAZA DE LA REVOLUCIÓN
Tras recorrer la Calea Victoriei de punta a punta, los pies ya empiezan a acusar el paseo, pero la recompensa está a la vista: la Plaza de la Revolución, uno de los lugares más emblemáticos e históricos de Bucarest. Aquí se alza la iglesia Kretzulescu, testigo silenciosa de los dramáticos acontecimientos que marcaron el fin de una era en diciembre de 1989.
En aquellos días, el régimen comunista de Nicolae Ceausescu había sumido a Rumanía en la pobreza y la represión. Las primeras revueltas, iniciadas en Timișoara, se propagaron rápidamente por todo el país, llegando a la capital con una fuerza imparable. Miles de personas se congregaron aquí para exigir libertad, y muchas de ellas perdieron la vida en el intento.
Desde el balcón de la sede del Partido Comunista, Ceausescu intentó pronunciar un discurso para calmar a la multitud, pero fue recibido con abucheos y gritos. La situación se tornó insostenible, y él y su esposa huyeron en helicóptero. Pocos días después fueron capturados, juzgados y ejecutados, poniendo fin a más de dos décadas de dictadura.
La revolución rumana marcó un renacer no solo para el país, sino para toda Europa del Este, que en esos años veía caer la URSS y el Muro de Berlín. Hoy, la plaza combina edificios de la época comunista con monumentos conmemorativos, y caminar por ella es sentir aún el eco de aquel diciembre en el que Bucarest volvió a respirar libertad.

7. IGLESIA KRETZULESCU
A un costado de la Plaza de la Revolución, casi fundida con el bullicio de la ciudad, se encuentra la iglesia Kretzulescu, una joya arquitectónica del siglo XVIII y uno de los templos ortodoxos más bellos de Bucarest. Construida en ladrillo rojo y decorada con frescos interiores, sobrevive como un símbolo de fe y resistencia.
Fue levantada entre 1720 y 1722 por el boyardo Iordache Kretzulescu y su esposa, Safta —hija del príncipe Constantin Brâncoveanu—, en el característico estilo brâncovenesc, que mezcla elementos bizantinos, otomanos y renacentistas. A lo largo de los siglos, ha sufrido terremotos, restauraciones e incluso estuvo a punto de ser demolida durante la dictadura comunista, pero logró salvarse gracias a los esfuerzos de intelectuales y ciudadanos que defendieron su valor histórico.
Durante la revolución de 1989, sus muros presenciaron los enfrentamientos y protestas que se desarrollaban en la plaza. Hoy, pese a su ubicación en pleno centro, transmite una paz que contrasta con el pasado turbulento que la rodea. Entrar y observar sus frescos —muchos de ellos originales— es como viajar en el tiempo y asomarse a la espiritualidad de la Rumanía de antaño.

8.PALACIO REAL DE BUCAREST
En pleno corazón de la Plaza de la Revolución, la estatua ecuestre de Carol I, primer rey de Rumanía, parece custodiar la imponente fachada del Palacio Real. Construido a finales del siglo XIX y ampliado en varias etapas, fue la residencia oficial de la familia real hasta la instauración del régimen comunista en 1947.
El edificio, de elegantes líneas neoclásicas, ha sido testigo de algunos de los capítulos más importantes de la historia reciente del país. Hoy alberga el Museo Nacional de Arte de Rumanía, que atesora más de 70.000 piezas, entre ellas unas 4.000 pinturas que abarcan desde la Edad Media hasta la época contemporánea. En sus salas se pueden admirar iconos ortodoxos, obras maestras de la pintura europea y creaciones de artistas rumanos como Nicolae Grigorescu o Theodor Aman.
Más allá de su valor artístico, recorrer sus salones es caminar por un espacio que ha visto coronaciones, recepciones diplomáticas y momentos decisivos para la nación. Desde la explanada del palacio, la vista se abre hacia la plaza, escenario de manifestaciones, discursos y la revolución de 1989, lo que convierte a este lugar en una visita imprescindible para entender el alma de Bucarest.
📍 Horario: de miércoles a domingo, de 10:00 a 18:00 h.
💰 Entrada general: 20 RON (aprox. 4 €). 🎟️ Entrada combinada con Galería Nacional y Galería de Arte Europeo: 40 RON (aprox. 8 €).
9.ATENEO RUMANO
La vibrante vida cultural de Bucarest se refleja en cada rincón, especialmente en sus teatros (teatrul). El más emblemático de todos es el Ateneo Rumano, un edificio neoclásico majestuoso, situado a un paso de la Plaza de la Revolución. Sus imponentes columnas corintias y la brillante bóveda dorada que corona la sala principal lo convierten no solo en una joya arquitectónica, sino en el hogar espiritual de la música clásica en Rumanía.
Diseñado por el arquitecto francés Albert Galleron y construido entre 1886 y 1888, el Ateneo es sede de la famosa Filarmónica George Enescu y centro del prestigioso Festival Internacional George Enescu, que se celebra cada dos años en septiembre. Su sala principal, con capacidad para casi 800 personas, está adornada con un fresco de 75 metros pintado por Costin Petrescu, que representa escenas clave de la historia rumana.
Incluso si no podés asistir a un concierto, visitar el Ateneo es una experiencia imperdible: los espacios comunes y la escalera monumental son fotogénicos y evocadores.
Horario de visita:
Lunes a jueves: 9:00–10:00 (última entrada 9:30) y 14:00–18:00 (última entrada 17:30)
Viernes a domingo: 9:00–18:00 (última entrada 17:30)
Importante: No se permite entrada durante conciertos o ensayos.
Entrada:
Autoguía en el interior: 10 RON (aprox. 2 €)
💡 Consejo: La mejor forma de visitarlo es temprano por la mañana para evitar multitudes y disfrutar de la luz y la arquitectura con calma.

10.PARQUE HERASTRAU
Ubicado al norte de Bucarest, el Parque Herăstrău es el pulmón verde de la ciudad, con más de 180 hectáreas que rodean el lago del mismo nombre. Es un lugar perfecto para desconectar del bullicio urbano, pasear bajo sus frondosos árboles, alquilar una bicicleta o incluso dar un paseo en barco durante los meses más cálidos.
En su interior se encuentra una de las joyas culturales de la capital: el Museo Etnográfico Satului Dimitrie Gusti, conocido como Museo de la Villa. Fundado en 1936, este museo al aire libre reúne cerca de 300 construcciones originales trasladadas desde distintas regiones del país: casas de madera, iglesias, granjas, molinos y talleres que muestran cómo era la vida en las aldeas rumanas a lo largo de los siglos. Recorrerlo es como viajar en el tiempo y entender la fuerte conexión de Rumanía con sus tradiciones rurales.
📍 Ubicación: Parque Herăstrău, entrada por Şos. Kiseleff 28-30
⏰ Horario Museo de la Villa: Todos los días de 9:00 a 17:00
💰 Entrada Museo de la Villa: Adultos 30 RON (~6 €), estudiantes 15 RON, jubilados 8 RON
💡 Consejo: Dedica al menos dos horas para recorrer el museo con calma y, si es primavera o verano, combina la visita con un picnic junto al lago.

11.PALACIO DEL PARLAMENTO
Situado sobre la Colina Spirii, el Palacio del Parlamento es el símbolo más imponente de Bucarest y uno de los edificios más descomunales jamás construidos. Con 340.000 metros cuadrados de superficie, ostenta el título de edificio administrativo civil más grande del mundo y es el segundo más extenso del planeta después del Pentágono.
Su construcción comenzó en 1984 por orden del dictador Nicolae Ceaușescu como parte de su ambicioso —y controvertido— plan de reconstrucción de la capital. Para ello, se demolieron barrios enteros, incluida una parte de la antigua ciudad, desplazando a decenas de miles de personas. El resultado fue un coloso de mármol, cristal y alfombras hechas a mano que combina estilos neoclásico y socialista.
El acceso al interior solo es posible mediante visitas guiadas reservadas con antelación. Durante el recorrido se visitan algunas de sus salas más fastuosas, pasillos interminables y balcones con vistas espectaculares sobre la ciudad. Incluso así, se estima que solo se muestra alrededor de un 30 % del edificio.
📍 Ubicación: Strada Izvor 2-4
⏰ Horario visitas guiadas: Lunes a domingo, de 9:00 a 17:00 (última entrada a las 15:30)
💰 Entrada: Adultos 60 RON (~12 €), estudiantes 30 RON, jubilados 25 RON
⚠️ Importante: Llevar el pasaporte o DNI para acceder.
💡 Consejo: Reserva tu visita con varios días de antelación, especialmente en temporada alta, ya que los cupos diarios son limitados.

12.CATEDRAL DE LA SALVACIÓN
La que está llamada a ser la catedral ortodoxa más grande del mundo —y sede del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rumana— sigue en construcción, con grúas y andamios aún visibles sobre su majestuosa estructura. Dedicada a la Ascensión de Cristo y a San Andrés, fue inaugurada parcialmente en 2018, pero su finalización completa está prevista para los próximos años.
Una de sus futuras joyas será el tañido de las campanas suspendidas más grandes del mundo, que superarán a las del campanario de San Pedro en la Catedral de Colonia. Actualmente, es posible visitar su interior para apreciar los avances de la obra y las imponentes dimensiones que ya posee.
Horario: todos los días de 08:00 a 18:00.
Entrada: gratuita (se aceptan donaciones).
Consejo: si quieres disfrutar de una buena panorámica, acércate al atardecer, cuando la luz tiñe de dorado su fachada y resalta los detalles arquitectónicos.
13.MONASTERIO ANTIM
El bello y tranquilo Monasterio Antim fue mandado construir en 1713 por San Antim Ivireanu, obispo de Valaquia, de origen georgiano. El conjunto destaca por su arquitectura tradicional ortodoxa y por el ambiente de recogimiento que aún se respira entre sus muros. Alberga una Biblioteca que conserva objetos personales y religiosos del santo, testigos silenciosos de su vida y legado.
Durante el régimen comunista estuvo en serio peligro: el propio Nicolae Ceausescu ordenó su demolición dentro de su plan de “sistematización” de Bucarest. Sin embargo, gracias a la genialidad y perseverancia del ingeniero Eugeniu Iordachescu, la iglesia fue trasladada metros más allá de su ubicación original mediante un innovador sistema hidráulico, evitando así su destrucción.
En 2005, siete monjes retomaron la vida monacal en el complejo, devolviéndole su función espiritual.
Horario: todos los días de 08:00 a 18:00.
Entrada: gratuita (se recomienda vestir de forma respetuosa).
Consejo: es un remanso de paz en pleno centro de Bucarest; ideal para hacer una pausa tranquila en medio del bullicio urbano.
14.CATEDRAL PATRIARKALA
Ubicada en lo alto de una colina en el corazón de Bucarest, la Catedral Patriarhală (o Catedral Patriarcal) domina el horizonte y ofrece hermosas vistas panorámicas de la ciudad. Es la sede oficial del Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana y uno de los centros espirituales más importantes del país.
Construida entre 1654 y 1658 por el príncipe Constantin Șerban Basarab, su diseño está inspirado en el estilo de la Catedral de Curtea de Argeș, con frescos e iconos que relatan pasajes bíblicos y momentos clave de la historia ortodoxa rumana. A lo largo de los siglos ha sufrido varias restauraciones, pero ha mantenido su atmósfera solemne y su papel central en las celebraciones religiosas nacionales.
Horario: todos los días de 07:00 a 20:00.
Entrada: gratuita (se recomienda vestir de manera recatada).
Consejo: si visitas en domingo por la mañana, podrás presenciar la liturgia ortodoxa, una experiencia visual y sonora muy intensa, con cánticos y rituales tradicionales.

15.IGLESIA DE SAN ANTÓN
Considerada la iglesia más antigua conservada de Bucarest, la Iglesia de San Antón se alza junto a la Curtea Veche, el antiguo palacio principesco, lo que refuerza su importancia histórica. Construida en el siglo XVI, fue reconstruida y renovada varias veces debido a terremotos y a los estragos del tiempo, pero conserva su esencia original.
Su interior sorprende por la rica decoración mural y los iconos ortodoxos, con tonos dorados y escenas bíblicas meticulosamente pintadas. Aunque modesta en tamaño, transmite una sensación de recogimiento y solemnidad que contrasta con el bullicio exterior.
Horario: todos los días de 08:00 a 18:00.
Entrada: gratuita (es obligatorio vestir de forma respetuosa para entrar).

16.CENAR EN CARU CU BERE
Para despedir tu estadía en Bucarest con broche de oro, nada mejor que hacerlo en Caru’ cu Bere, el restaurante más famoso y antiguo de la ciudad, inaugurado en 1879. Su espectacular salón, decorado con madera tallada, vitrales de estilo Art Nouveau y frescos originales, es una obra de arte en sí misma.
En el menú destacan los platos tradicionales rumanos como:
Sarmale: rollitos de col rellenos con una mezcla de carne de cerdo, arroz, cebolla y especias, cocidos lentamente en una salsa de tomate con eneldo y laurel.
Mămăligă: lo que conocemos como polenta, servida como acompañamiento en muchos platos típicos.
Aunque los precios son algo más altos que el promedio de Bucarest, la experiencia vale cada leu.
Horario: todos los días de 08:00 a 00:00.
Rango de precios: desde 70-90 RON por persona (plato principal + bebida).
Reserva: muy recomendable hacerlo con antelación en su web oficial.
Consejo: pide una mesa en el salón principal para apreciar mejor la decoración y, si puedes, coincide con las presentaciones en vivo de música y danza tradicional.
BUCKETLIST PARA EL PRÓXIMO VIAJE
Castillo de Bran (Transilvania)
Brașov
Sibiu
Sighișoara
Castillo de Peleș (Sinaia)
Delta del Danubio
Maramureș
Carretera Transfăgărășan
Monasterios pintados de Bucovina
Timișoara






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