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Consejos para visitar las Pirámides de Giza

  • Foto del escritor: Jen y Licha
    Jen y Licha
  • 10 ago
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 4 sept

Probablemente uno de los grandes motivos que lleva a cualquier viajero a pisar suelo egipcio sea este y no es para menos. A tan solo 15 kilómetros de El Cairo se encuentran las Pirámides de Giza, la última maravilla del mundo antiguo que aún sigue en pie, y un símbolo indiscutible de Egipto.


Construidas alrededor del año 2500 a.C., este conjunto monumental está formado por tres impresionantes pirámides que albergan las tumbas de los faraones Keops, Kefrén y Micerinos. Según las creencias del Antiguo Egipto, estas construcciones reflejaban la luz del sol y permitían a los faraones ascender hacia la eternidad y alcanzar un lugar entre los dioses.


Verlas por primera vez es una sensación difícil de describir. Desde cada ángulo, cada sombra, cada rayo de luz que las recorre, estas estructuras milenarias imponen respeto y admiración. Tenés también la opción de ingresar a su interior pagando un extra:


🔸 Gran Pirámide de Keops: 400 EGP

🔸 Pirámides de Kefrén y Micerinos: 100 EGP cada una


Nosotros elegimos no hacerlo. Escuchamos comentarios poco alentadores de otros viajeros que salían decepcionados, así que preferimos dedicar ese tiempo a recorrerlas desde el exterior y disfrutar de su imponencia.


Muy cerca de la pirámide de Kefrén se encuentra otro ícono egipcio: la Gran Esfinge, con sus 20 metros de altura y ese perfil enigmático que la ha convertido en uno de los símbolos más fotografiados del país.


🚌 ¿Cómo llegar? Desde El Cairo se puede llegar fácilmente en Uber por unos 150 EGP. Eso sí, recomendamos ir bien temprano para evitar las multitudes de turistas y las altas temperaturas del mediodía.


🎟 Entrada al recinto: 240 EGP

🕘 Horario: todos los días de 8:00 a 17:00 hs


💡 Consejo viajero: lamentablemente, la experiencia en Giza puede verse afectada por el comportamiento invasivo de algunos vendedores locales. Muchos se ofrecen amablemente a tomarte una foto o regalarte souvenirs, pero luego exigen dinero de forma insistente e incluso agresiva. Esto fue algo que nos incomodó bastante y, para ser honestos, nos dejó un sabor agridulce. Por eso, aconsejamos no interactuar con los vendedores ni aceptar "ayudas" espontáneas, por más simpáticas que parezcan al principio.


Otro tema delicado (pero necesario de mencionar) es el uso de camellos y caballos para trasladarse dentro del complejo. La mayoría de los animales están visiblemente maltratados y en condiciones de salud preocupantes. Nos resultó muy doloroso ver esa realidad y por eso desaconsejamos totalmente su uso. Es una manera de respetar no solo a los animales, sino también a la historia que vinimos a admirar.


Dicho esto, a pesar de las dificultades, ver las pirámides con tus propios ojos es una experiencia única en la vida. Siguiendo algunos consejos prácticos y con expectativas realistas, se puede disfrutar de uno de los lugares más emblemáticos del planeta. Ahora sí te contamos cómo fue nuestro recorrido y nuestras impresiones personales.


Pirámide de Kefrén
Pirámide de Kefrén


1.TEMPLO DEL VALLE DE KEFRÉN


Nuestro recorrido por el complejo de Giza comenzó en un lugar menos conocido pero absolutamente fascinante: el Templo del Valle de Kefrén. Este tipo de templos se construía junto a las pirámides y cumplía la función de entrada ceremonial al recinto funerario del faraón.


El templo que se encuentra junto a la Pirámide de Kefrén es especialmente interesante, ya que permaneció oculto bajo la arena hasta el siglo XIX, lo que ha permitido que se conserve en un estado sorprendentemente bueno. Caminar por sus pasillos silenciosos, rodeados de enormes muros de piedra y filas de columnas perfectamente alineadas, es como retroceder miles de años en el tiempo.


Las dimensiones del lugar son realmente imponentes y, aunque no siempre figura entre lo más visitado del complejo, vale muchísimo la pena entrar antes de llegar a la Esfinge. Desde aquí, además, podés sacarte una de las postales más típicas de Egipto: esa foto con la Esfinge de fondo, enmarcada por las piedras milenarias del templo.


2.LA ESFINGE


Con cabeza de faraón y cuerpo de león, la Gran Esfinge de Giza es, sin lugar a dudas, una de las figuras más enigmáticas y cautivadoras del Antiguo Egipto. Rodeada de mitos y simbolismos, ha fascinado a viajeros, historiadores y arqueólogos durante siglos. Según la leyenda, la Esfinge interrogaba a quienes se le acercaban y, si no daban la respuesta correcta tenían su muerte asegurada. No por nada se la considera una criatura de sabiduría, misterio y poder.


La de Giza es la más grande y famosa del país, y probablemente del mundo. Tallada directamente en la roca caliza del lugar, mide alrededor de 20 metros de altura y casi 60 metros de largo. Aunque el paso del tiempo le ha borrado algunos rasgos, se cree que su rostro representa al faraón Kefrén, cuya pirámide se alza justo detrás, como si ella misma la custodiará desde hace más de 4.500 años.


Según los egiptólogos, la Esfinge fue construida alrededor del año 2.500 a.C., durante la dinastía IV, y formaba parte del complejo funerario de Kefrén. A lo largo de la historia, ha sido parcialmente enterrada por la arena en múltiples ocasiones, lo que ayudó, en parte, a su conservación. No fue hasta el siglo XIX que comenzaron los trabajos sistemáticos para desenterrarla por completo.


Ubicada justo frente al Templo del Valle de Kefrén, su presencia es poderosa.


3.KEFRÉN


La Pirámide de Kefrén, construida para el faraón sucesor de Keops (su hijo), es una de las joyas del complejo de Giza y uno de los grandes imprescindibles en cualquier viaje a Egipto. Aunque no es la más alta, muchos visitantes la confunden con la Gran Pirámide de Keops por una simple razón: su ubicación sobre una meseta ligeramente más elevada y su excelente estado de conservación le otorgan una presencia aún más imponente.


Originalmente alcanzaba los 143,5 metros de altura, aunque hoy mide 136 metros debido a la pérdida de su revestimiento superior. Sin embargo, es la única de las tres grandes pirámides que todavía conserva parte de su revestimiento original de piedra caliza blanca pulida en el vértice. Este detalle es fundamental para imaginar cómo debieron lucir en su época dorada: auténticos colosos resplandecientes que reflejaban la luz del sol como si fueran faros sagrados en medio del desierto.


Kefrén, también conocido como Jafra, gobernó durante la Dinastía IV, en el siglo XXVI a.C. Bajo su reinado se construyó no solo esta pirámide monumental, sino también la Gran Esfinge, como antes comentábamos que probablemente representa su rostro. 


Una de las mejores vistas se obtiene desde el lado sur, donde se puede apreciar con claridad la cúspide aún revestida y la ilusión óptica que hace que esta pirámide parezca más alta que la de Keops, aunque en realidad no lo sea.


Si estás explorando las pirámides, no dejes de contemplar esta maravilla desde todos sus ángulos. Es una lección viva de ingeniería, astronomía y poder faraónico que ha resistido al tiempo durante más de 4.500 años.


4.LA GRAN PIRÁMIDE DE GIZA - KEOPS


Y por fin llegamos a la estrella absoluta de Giza: la Pirámide de Keops, también conocida como la Gran Pirámide. Con sus 146 metros de altura originales (hoy mide unos 138 m debido a la pérdida de su revestimiento exterior), es la más grande, la más antigua y la más enigmática de todas las pirámides egipcias.


Construida alrededor del año 2.570 a.C. durante la Dinastía IV por orden del faraón Keops (Jufu, en egipcio), fue diseñada para ser su tumba, aunque hasta hoy no se ha encontrado ni su momia ni su sarcófago original, lo que alimenta aún más el halo de misterio que la envuelve. Este coloso está compuesto por más de 2,3 millones de bloques de piedra, algunos de los cuales pesan hasta 15 toneladas. Lo más asombroso es que nadie sabe con certeza cómo fue construida. Existen decenas de teorías,desde rampas helicoidales hasta intervención extraterrestre, pero la verdad sigue siendo uno de los grandes enigmas de la humanidad.


Es la más antigua de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y la única que sigue en pie. Un dato que impacta cuando estás allí, parado frente a semejante obra que ha resistido más de 4.500 años de historia, invasiones, terremotos y el paso del tiempo.


Se calcula que su construcción habría llevado entre 20 y 30 años y que trabajaron miles de obreros, artesanos y arquitectos. Durante siglos fue el edificio más alto del mundo, hasta la construcción de la Catedral de Lincoln en Inglaterra, en el siglo XIV.


Cuando estés frente a ella, tómate tu tiempo. Caminá alrededor, observá cada ángulo y déjate maravillar por el tamaño, la precisión y la energía que emana.


5.MICERINOS


Para cerrar nuestro recorrido por la meseta de Giza, llegamos a la tercera del conjunto: la Pirámide de Micerino, también conocida como la Pirámide de Menkaura. Aunque es la más pequeña de las tres grandes pirámides, con tan “solo” 62 metros de altura original (hoy unos 65 m con la base) su encanto y elegancia no pasan desapercibidos.


Micerino fue el hijo de Kefrén y nieto de Keops, lo que confirma que estas tres maravillas fueron construidas por tres generaciones consecutivas de faraones durante la Dinastía IV del Imperio Antiguo, en un periodo sorprendentemente corto de tiempo: entre 2.600 y 2.500 a.C.


A diferencia de sus predecesoras, esta pirámide fue recubierta parcialmente con granito rojo de Asuán, un material mucho más costoso y difícil de trabajar que la piedra caliza usada en las otras dos. Esta elección posiblemente buscaba transmitir un mensaje de poder, o quizás Micerino quiso marcar su propia huella arquitectónica.


Un dato curioso (y triste): en el siglo XII, el hijo del famoso sultán Saladino intentó desmantelar las pirámides para reutilizar sus bloques de piedra. La que eligieron para comenzar fue justamente esta, por ser la más pequeña. Pero tras meses de arduo trabajo, apenas lograron dañar una pequeña parte de la cara norte y el plan fue abandonado. Hoy todavía se puede ver esa gran hendidura en uno de sus costados, como testimonio de ese intento fallido.


Aunque no tenga la imponente altura de Keops ni el aura mística de Kefrén, la Pirámide de Micerino tiene una belleza serena y única, y es el broche perfecto para este viaje al corazón de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia.



1 comentario


Joaquín
13 sept

Con esta info me estoy convenciendo ir. Los contacto por privado! Gracias

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