Las mejores playas de Uluwatu
- Jen y Licha

- 30 ago
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 4 sept
Después de nuestra estancia en Ubud, tocaba cambiar de paisaje y por fin conocer el tan anhelado mar de Indonesia. Pusimos rumbo hacia el sur de Bali, a la zona de Uluwatu, famosa por sus impresionantes acantilados, playas de surfistas, atardeceres épicos y templos colgados sobre el mar.
Llegamos con muchas expectativas, soñando con aguas cristalinas, calas escondidas y esa vibra de paraíso que tantas fotos prometen. Pero lo cierto es que nos encontramos con un destino hermoso, venido a menos. La zona oeste (la más popular) nos resultó muy sucia, especialmente en las playas más concurridas, donde la basura acumulada y la falta de mantenimiento nos quitaron un poco la ilusión.
Aun así, Uluwatu tiene sus momentos de magia. Especialmente cuando te alejás un poco de los puntos más masificados, buscás horarios menos populares o simplemente dejás que el océano y el horizonte hagan su parte. Porque si algo hay que reconocerle a esta zona, es su belleza natural impresionante y su energía salvaje.
A continuación te contamos qué hicimos, qué nos gustó, qué no tanto y cómo fue nuestra experiencia.

Los imprescindibles de Uluwatu
1.PANTAI GUNUNG PAYUNG
Llegamos a nuestro alojamiento pasado el mediodía, con muchas ganas de mar, pero también con ganas de tranquilidad. Por eso, decidimos alojarnos lejos del centro de Uluwatu, eligiendo Karang Beji Homestay, una joyita escondida que fue todo un acierto. No solo encontramos mejores precios, sino que además descubrimos que algunas de las playas que más disfrutamos durante nuestra estadía estaban por esta zona.
Una vez organizados, alquilamos una moto (imprescindible para moverse por esta parte de la isla) y nos fuimos directo a la playa más cercana: Pantai Gunung Payung.
El acceso tiene un costo simbólico de 10.000 IDR (unos 0,60€) y, aunque no lo sabíamos en ese momento, lo que venía era todo un desafío. Para llegar a la playa hay que bajar aproximadamente 300 escalones de piedra, que serpentean por el acantilado hasta encontrarse con la arena. Esta dificultad de acceso hace que la playa esté menos masificada, y eso ya la convierte en un pequeño paraíso.
Al llegar, nos encontramos con un paisaje precioso: arena blanca, aguas calmas y una tranquilidad que se agradece. Sin embargo, la marea estaba baja, lo que hizo que meterse al mar fuera un poco complicado. El agua se había retraído bastante y para alcanzarla había que caminar sobre corales afilados… cosa difícil sin calzado adecuado. Lección aprendida: antes de elegir una playa en Bali, chequeá el horario de las mareas (apps como TidesChart o Magic Seaweed pueden ayudarte con eso).
A pesar de eso, nos encantó el lugar. Fue una primera toma de contacto con las playas del sur que, aunque diferentes a lo que imaginábamos, tienen un encanto muy especial si sabés buscar bien.

2.GREEN BOWL BEACH
Nos levantamos temprano con ganas de seguir explorando las playas del sur de Bali y nos dirigimos a una de las más recomendadas por los locales: Green Bowl Beach.
Para nuestra sorpresa, el acceso es gratuito, y eso ya suma puntos. Esta playa, al igual que Gunung Payung, se encuentra al pie de un acantilado y se accede bajando unos 300 escalones, aunque esta vez el camino se sintió más empinado y entre vegetación densa.
Una vez abajo, la recompensa es enorme: una pequeña cala escondida entre paredes rocosas, con arena blanca y aguas cristalinas. La playa está flanqueada por dos cuevas naturales, perfectas para refugiarse del sol. Es un lugar ideal para quienes buscan algo más salvaje y auténtico, sin los puestos turísticos ni el bullicio de las playas más populares.
Eso sí, te aconsejamos ir con comida, bebida y calzado cómodo, porque no hay servicios de ningún tipo. Justamente eso es lo que mantiene su encanto intacto.
Ya por la tarde, volvimos a nuestra zona y decidimos cerrar el día en un lugar muy especial: Sunjung Food Bar and Drink, el restaurante del hermano de nuestro host. Se convirtió en nuestro refugio gastronómico de cabecera, con platos sabrosos, caseros y a precios súper accesibles. Además, el ambiente familiar y relajado nos hizo sentir como en casa desde el primer momento.

3.BALANGAN BEACH
Nos tomamos el día con calma y decidimos aventurarnos hacia el centro de Uluwatu para comprar un traje de baño, algo indispensable para seguir explorando la costa. Aprovechamos la salida para conocer otra de las playas más nombradas de la zona: Balangan Beach.
El acceso es gratuito, aunque se abona 5.000 IDR por el parking. La primera impresión al llegar fue contradictoria. La playa es visualmente preciosa, una larga franja de arena dorada enmarcada por acantilados y con un mar mucho más amigable para nadar. Sin embargo, la cantidad de basura a lo largo del camino y en la orilla nos chocó bastante. Desde envoltorios plásticos hasta restos flotando en el agua, el contraste con su belleza natural fue fuerte.
Es una pena que un lugar tan espectacular esté tan descuidado, y creemos que es algo que afecta bastante la experiencia. Aun así, aguantamos un rato por el entorno y porque el mar estaba tranquilo, ideal para refrescarse un poco después del calor del mediodía.
Eso sí, cuando llegó el atardecer, todo lo demás pasó a un segundo plano. El cielo se tiñó de colores naranjas, lilas y rosados que se reflejaban sobre el océano, regalándonos una postal que difícilmente olvidaremos. A veces, Bali tiene esos momentos de redención, donde todo lo malo queda suspendido por un instante de belleza pura.

4.MELASTI BEACH
En nuestro cuarto día en Uluwatu decidimos visitar Melasti Beach, una de las playas más conocidas de la zona. El ingreso cuesta 15.000 IDR por persona más 3.000 IDR de estacionamiento. La playa, enclavada entre acantilados imponentes y con aguas turquesas, prometía ser un gran plan… pero no todo salió como esperábamos.
Lamentablemente, cuando llegamos no se permitía el acceso al agua por la marea peligrosa. Y aunque el paisaje era hermoso, con más de 30 grados al sol, quedarse sin poder refrescarse no era el plan ideal. Lo más frustrante fue que nadie nos avisó de esto en la entrada, por lo que pagás sin saber que no vas a poder disfrutar plenamente del lugar.
Un poco decepcionados, decidimos levantar el ánimo con comida, y fue la mejor decisión del día: terminamos en Oribinal Burger (by Ketumbar Studio), donde comimos las mejores hamburguesas del viaje. Jugosas, sabrosas y con opciones originales.

5.GEGER BEACH & NUSA DUA
Para cerrar nuestra estadía en Uluwatu, decidimos ir a Geger Beach, en la zona de Nusa Dua. El ingreso cuesta 5.000 IDR por persona y el estacionamiento 3.000 IDR. La playa es hermosa, pero al llegar nos encontramos con la marea altísima, lo que impedía bajar al sector principal. Sin embargo, no nos rendimos: bordeamos la zona y nos aventuramos a una playa contigua, mucho menos concurrida.
Aún no sabemos si allí también se cobraba entrada (en nuestro caso no había nadie y simplemente accedimos), pero valió totalmente la pena: fue la playa más limpia que encontramos en todo el recorrido y donde más pudimos disfrutar del mar. Arena blanca, agua clara y olas amigables, el combo perfecto para decirle adiós a esta etapa del viaje.

Y como si fuera poco, esa noche celebramos nuestro quinto aniversario , así que elegimos un lugar especial para cenar: Sa Domu Italian Restaurant. Pedimos unos culurgionis (una especie de ravioles sardos rellenos de papa y menta delicadisimos) y una pizza cuatro quesos que nos pareció de otro nivel.
Nuestra experiencia en Uluwatu fue una mezcla de paisajes idílicos y contrastes que invitan a la reflexión. Llegamos ilusionados por conocer ese mar turquesa que tantas veces habíamos visto en fotos, pero nos encontramos con una realidad algo más áspera. Nos impactó la cantidad de basura, especialmente en las playas más turísticas del oeste, donde la experiencia de playa se ve claramente afectada. Eso sí, también es justo decir que estas playas ofrecen algunos de los atardeceres más hermosos que vimos en Bali.
Por suerte, decidimos alejarnos del centro y fue ahí donde descubrimos lo mejor de Uluwatu: playas tranquilas, menos masificadas y mucho más limpias. Gunung Payung, por ejemplo, nos regaló una belleza serena, mientras que Geger Beach fue el gran hallazgo final, con mar limpio y aguas ideales para nadar.
En lo gastronómico, tuvimos gratas sorpresas: warungs y restaurantes muy recomendables y con precios accesibles, ideales para terminar los días frente al mar con una buena comida.
Uluwatu no fue perfecto, pero tuvo momentos muy especiales. Quizás el consejo más valioso que podemos dar es alejarse de lo más turístico, consultar reseñas recientes en Google para tener un termómetro más certero, animarse a explorar y, sobre todo, chequear las mareas antes de elegir la playa del día. Con esas precauciones, es muy probable que encuentres tu rincón favorito en esta parte del sur de Bali.











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