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Qué ver y hacer en Nusa Penida

  • Foto del escritor: Jen y Licha
    Jen y Licha
  • 20 ago
  • 10 Min. de lectura

Actualizado: 4 sept

A solo unos 45 minutos en barco desde Bali, Nusa Penida parece un mundo aparte. Esta isla, que forma parte del archipiélago de las Nusas (junto a Lembongan y Ceningan), ofrece un paisaje mucho más salvaje, abrupto y natural que el de su isla vecina.


Acantilados vertiginosos, playas de difícil acceso pero absolutamente espectaculares, miradores que cortan el aliento y una vibra rústica que la hace especial.


Eso sí, no es un destino fácil: las distancias son largas, las rutas están en mal estado en varios tramos y, en temporada alta, los puntos más famosos pueden estar abarrotados. Pero si vas con paciencia, planificación y el espíritu aventurero en la mochila, Nusa Penida te regala postales únicas que no vas a olvidar.


💡 Consejo: si el tiempo te lo permite, dividi tu estancia en Nusa Penida en dos partes: primero dedicar 3 o 4 días a la zona noroeste, y luego dirigirte al sureste por 2 días más. De este modo, podrás recorrer con mayor tranquilidad los principales puntos de interés.


Kelingking Beach
Kelingking Beach


ZONA NOROESTE DE LA ISLA 


Desde nuestro alojamiento en Uluwatu nos tomamos un Gojek hasta el puerto de Sanur, que nos salió 240.000 IDR. El ticket del ferry lo compramos previamente en la página penidago.com, por 110.000 IDR cada uno, viajando con Waruna Darma Express. Salimos a las 09:00 y, para las 09:45, ya estábamos pisando Nusa Penida.


Para facilitar las cosas, ya habíamos coordinado el alquiler de la moto con nuestro alojamiento, así que apenas llegamos al puerto, la moto nos estaba esperando. Cerramos por 50.000 IDR el día, un precio más que razonable para movernos a nuestro ritmo por la isla.


1.GAMAT BAY


Una vez que retiramos la moto en el puerto, nos dirigimos hacia nuestro alojamiento: Lime Penida Cottages, ubicado en la zona noroeste de la isla. La elección fue un acierto, ya que está bien situado para explorar varias playas y miradores sin tener que hacer recorridos eternos, algo importante considerando el estado de las rutas en la isla.


Después de instalarnos y descansar un poco, decidimos arrancar nuestra exploración por la playa más cercana: Gamat Bay. La entrada es gratuita y el acceso, aunque algo empinado en su tramo final, no fue tan complicado como otras playas de la isla.

Gamat Bay es una cala escondida entre colinas y vegetación, con aguas claras, arena volcanica y un ambiente bastante tranquilo (al menos cuando fuimos nosotros). La marea estaba alta así que nos pudimos meternos al mar sin problemas, aunque siempre conviene tener cuidado porque hay zonas con corales y piedras. No hay muchos servicios, así que si planeás quedarte un rato largo, mejor ir preparado con agua y algo para picar.



Gamat Bay
Gamat Bay


2.CRYSTAL BAY


En nuestro segundo día en Nusa Penida decidimos disfrutar de uno de los lugares más conocidos de la isla: Crystal Bay. El acceso nos costó 5.000 IDR, con el estacionamiento incluido. Si bien es una playa popular y bastante concurrida, lo cierto es que entendimos por qué tanta gente la elige: el entorno es precioso, el mar es claro y tranquilo (ideal para nadar o hacer snorkel) y la playa es amplia y cómoda para tirarse a descansar un buen rato.


Nos encontramos con uno de los mejores atardeceres del viaje. El cielo se fue tiñendo de tonos naranjas, rosas y dorados, reflejándose en el agua serena de la bahía, mientras el sol se escondía detrás de las pequeñas islas rocosas frente a la costa.


Además, al haber varios warungs a pasos de la playa, es fácil quedarse hasta tarde sin preocuparse por la comida o bebida. Fue un día de desconexión total, disfrutando del mar y la calma que ofrece este rincón tan accesible y fotogénico de Nusa Penida.


Atardecer en Crystal Bay
Atardecer en Crystal Bay


3.KELINGKING BEACH


Kelingking Beach, probablemente la playa más famosa de toda Indonesia gracias a su icónica forma de “T-Rex” vista desde lo alto, es la playa imprescindible en Nusa Penida. El acceso cuesta 5.000 IDR (con parking incluido), y ya desde el primer mirador entendimos por qué esta imagen recorre el mundo entero.


Sin embargo, no todo fue perfecto: actualmente están construyendo un ascensor panorámico que rompe con el entorno natural y evidencia algo que lamentablemente está sucediendo en varias partes de Indonesia. El afán por hacer los sitios más accesibles y “aptos para el turismo actual” (léase: más instagrameables) atenta contra la esencia del lugar. Esta mirada cortoplacista está degradando espacios que supieron ser de ensueño y, además, altera un ecosistema que eventualmente dirá basta.


Dicho esto, decidimos bajar a la playa a pie. El sendero tiene aproximadamente 600 metros de longitud (solo ida) y una elevación negativa de unos 150 metros, con un desnivel muy pronunciado. La bajada es extenuante y algo peligrosa, sobre todo con el calor y el sol, ya que el camino es empinado, estrecho y solo cuenta con barandas rústicas de bambú. A esto se suma la gente que sube y baja al mismo tiempo, lo que puede dificultar el paso.


Una vez abajo, el esfuerzo se ve recompensado. El mar es simplemente espectacular, con un color turquesa profundo y espuma blanca que contrasta con la arena dorada. No suele haber tanta gente abajo, ya que la mayoría se queda en el mirador. Eso le da cierto aire salvaje, aunque no es viable meterse a nadar: el oleaje es extremadamente fuerte y peligroso. Podés refrescarte un poco en la orilla y prepararte para la subida, que es realmente agotadora.


💡 Consejo: lleven suficiente agua. En los puestos del estacionamiento los precios son altísimos (una simple lata de Coca-Cola cuesta 50.000 IDR).


A pesar del esfuerzo, fue una de las playas más hermosas y memorables que vimos en todo el viaje. No es para cualquiera, pero si te animás al desafío físico, la recompensa lo vale.




4.PANDAN BEACH


Después de visitar un lugar tan masificado (aunque impresionante) como Kelingking Beach, decidimos buscar una joyita más escondida. Justo al lado de Crystal Bay se encuentra Pandan Beach, una playa bastante remota que todavía se mantiene fuera del radar de muchos viajeros.


El acceso es algo aventurero: desde el acantilado izquierdo de Crystal Bay, se sube por unas empinadas escaleras, y desde allí hay que caminar unos 15-20 minutos a pie por la selva hasta llegar. Pero el esfuerzo vale totalmente la pena. La playa es muy virgen, con olas un poco más fuertes que las de Crystal Bay, pero con muy poca gente. Es un lugar ideal para ver el atardecer y disfrutar de un rato tranquilo, alejado de las multitudes.


🎟️ Entrada: gratuita, solo tené en cuenta el costo del parking de moto en Crystal Bay, que es de 5.000 IDR.




5.BROKEN BEACH & ANGELS BILLABONG 


Ubicados al suroeste de Nusa Penida, Broken Beach y Angel 's Billabong son dos de los paisajes más impactantes de la isla, y además están uno al lado del otro, lo que permite visitarlos juntos en una misma parada.


Broken Beach es un arco natural de roca formado por la erosión del mar, que encierra una pequeña bahía en forma circular. No se puede acceder al agua, pero el paseo alrededor del acantilado regala vistas increíbles. Es realmente única y fotogénica, aunque suele estar bastante concurrida, especialmente entre las 10:00 y las 15:00, cuando llegan la mayoría de los tours desde Bali.


A pocos metros se encuentra Angel’s Billabong, una piscina natural formada entre las rocas, con aguas cristalinas que varían de color según la luz del sol. En marea baja es posible bajar (con mucha precaución) para bañarse, aunque hay que tener en cuenta que puede ser peligroso si el mar está agitado, ya que las olas entran con fuerza.


Ambos lugares son gratuitos, pero suelen cobrar 5.000 IDR por el estacionamiento. El acceso está asfaltado casi hasta el final, aunque el último tramo puede ser algo pedregoso.


💡 Consejo: ir temprano por la mañana o al atardecer para evitar el calor y las multitudes, y poder disfrutar de estos dos tesoros naturales con más tranquilidad.




ZONA SURESTE


Nos fuimos rumbo a la zona sureste de Nusa Penida para seguir descubriendo sus rincones de ensueño. Tras casi una hora de ruta por caminos serpenteantes, rodeados de palmeras y pequeños templos, llegamos a nuestro hospedaje Kepaon Gari Inn, un alojamiento sencillo pero acogedor, perfecto para descansar después de un día de playa.


Apenas dejamos las mochilas, nos lanzamos a recorrer esta parte de la isla, famosa por sus vistas panorámicas, acantilados dramáticos y playas escondidas que invitan a quedarse horas mirando el mar. El sureste de Nusa Penida tiene un ambiente mucho más relajado que el oeste: menos turistas y más contacto con la vida local .


Esta zona es también ideal para quienes buscan combinar playa y aventura. Aquí se encuentran algunos de los miradores más fotogénicos de la isla, además de puntos donde el mar cambia del azul profundo al turquesa en cuestión de metros.


6.SUWEHAN BEACH


Después de unos 35 minutos de ruta bastante destartalada —con tramos de tierra, baches y curvas que obligan a ir despacio— llegamos al pequeño parking de Suwehan Beach. Desde el acceso ya se percibe que esta es una playa poco transitada, casi un secreto bien guardado de Nusa Penida. El estacionamiento nos costó 5.000 IDR.


Eran las 11:00 a.m. cuando comenzamos el descenso, pero la marea alta nos detuvo a mitad de camino: las olas cubrían por completo las rocas que hay que atravesar para llegar a la arena. Así que, mate en mano (aunque esta vez fue la última ronda, porque nos quedamos sin yerba), nos quedamos en el acantilado disfrutando del paisaje. La espera, lejos de ser aburrida, nos regaló un espectáculo inesperado: varias tortugas nadando tranquilamente en las aguas cristalinas .


Al mediodía, cuando la marea bajó, reanudamos el descenso por la larga escalera y, finalmente, logramos franquear las rocas. El premio fue una playa totalmente para nosotros: arena blanca y fina, un enorme peñasco en medio del océano que le da un toque único, y un mar turquesa que parecía de otro mundo. Sin dudas, una de las mejores playas que encontramos en la isla.


Eso sí, hay que tener en cuenta que alrededor de las 15:00hs la playa empieza a quedar en sombra por la orientación del acantilado, y que la combinación de marea y sombra limita la visita a unas tres horas. Pero créeme: el tiempo que pases aquí será de los mejor invertidos del viaje.


Otro detalle importante es que el ascenso y descenso son pronunciados: más de 250 escalones que, sumados al calor, convierten esta playa desierta en un pequeño desafío físico. Quizás por eso sigue siendo un rincón tan solitario.


Para cerrar este magnífico día, nos fuimos a Eastside Penida, donde probamos una de las mejores pizzas napolitanas de todo el viaje.


💡 Consejo: revisa el horario de mareas antes de ir y lleva suficiente agua, ya que no hay warungs en la playa.




7. DIAMOND BEACH


Comenzamos la mañana en la impresionante Diamond Beach, uno de los lugares más fotografiados de Nusa Penida. El ingreso cuesta 45.000 IDR e incluye también el acceso a Atuh Beach, mientras que el estacionamiento son 5.000 IDR.


Nuestro consejo es llegar antes de las 10:00 hs, para evitar las grandes excursiones que llegan desde Bali y así poder disfrutar de este rincón casi en soledad. Desde el mirador se obtiene una de las postales más icónicas de la isla: acantilados de caliza blanca, agua turquesa y formaciones rocosas puntiagudas que parecen “diamantes” emergiendo del mar.


El descenso hacia la playa es toda una experiencia. Una escalera tallada en la roca serpentea entre el acantilado y el mar, con tramos empinados y cuerdas para apoyarse. Al llegar a la arena, el entorno es simplemente descomunal: palmeras inclinadas, arena blanca y un mar que invita a quedarse horas contemplando su fuerza. Aquí el baño no es lo más recomendable debido al oleaje, pero es perfecto para caminar, tomar fotos y disfrutar del paisaje.




8. ATUH BEACH


Tras la visita a Diamond, caminamos unos minutos hasta Atuh Beach, aprovechando que ya teníamos la entrada incluida. Esta playa en forma de media luna está rodeada de acantilados verdes y protegida por formaciones rocosas que, en marea baja, dejan ver pequeñas piscinas naturales.


A diferencia de Diamond, aquí el mar es más amigable y es posible bañarse con precaución. Además, cuenta con varios warungs donde probar pescado fresco, pedir un nasi goreng o simplemente disfrutar de un coco frío mientras se contempla el paisaje.


El ambiente es más relajado, ideal para quedarse un par de horas descansando en una tumbona y recuperando energías antes de continuar la ruta. La combinación de visitar primero Diamond Beach para las fotos y luego relajarse en Atuh Beach es, sin duda, una de las mejores formas de aprovechar esta zona de Nusa Penida.


Atuh Beach
Atuh Beach


📍 Otras actividades en la zona


Muy cerca de Diamond y Atuh se encuentran dos de los puntos más promocionados del sureste de Nusa Penida:


  • Thousand Islands Viewpoint: un mirador con vistas panorámicas a los acantilados y a las pequeñas islas que emergen del mar.

  • Tree House Molenteng: la famosa cabaña de madera construida sobre un árbol, desde donde se obtiene una de las fotos más populares de la isla.


El acceso a esta zona cuesta 25.000 IDR por persona, más 5.000 IDR de parking. Además, si quieres tomarte la clásica foto en la cabaña del árbol, hay un coste adicional de 75.000 IDR.


Nosotros decidimos no realizar estas actividades, ya que actualmente están muy masificadas y, en nuestra opinión, cobran de más para lo que realmente ofrecen. Sin embargo, si cuentas con tiempo extra, no te importa esperar y buscas una buena foto para tu instagram, pueden ser una opción para sumar a tu itinerario.



Conclusión sobre Nusa Penida


Nusa Penida nos regaló días intensos, caminos polvorientos, playas paradisíacas y miradores que quitan el aliento. Es una isla que exige esfuerzo: carreteras en mal estado, distancias más largas de lo que parecen en el mapa y un calor que no da tregua. Pero también es un lugar que recompensa cada kilómetro recorrido con paisajes de ensueño y rincones donde la naturaleza todavía guarda su carácter salvaje.


Más allá de sus playas icónicas, lo que más nos gustó fue esa mezcla entre aventura y desconexión: un sitio donde el tiempo parece ir más despacio, donde cada curva de la carretera esconde un nuevo paisaje y donde el contacto con la vida local es tan auténtico como su geografía.


Y antes de despedirnos de la isla, queremos hacer mención especial a los geckos, que nos acompañaron durante toda nuestra estadía y se convirtieron en nuestros anfitriones preferidos. Pequeños, veloces y siempre presentes, fueron parte de la banda sonora nocturna que nos recordará, cada vez que los escuchemos, las noches cálidas de Nusa Penida.


Nusa Penida no es para todos, pero si estás dispuesto a salir de tu zona de confort, a enfrentarte a carreteras complicadas y a cambiar la comodidad por la aventura, entonces te espera una experiencia que difícilmente olvidarás.


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