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Qué ver y hacer en El Cairo

  • Foto del escritor: Jen y Licha
    Jen y Licha
  • 10 ago
  • 14 Min. de lectura

Actualizado: 4 sept

Después de un viaje bastante caótico, con escala en España desde Marruecos, justo el mismo día del famoso apagón europeo (sí, nuestra suerte nos acompañaba), finalmente llegamos a Egipto, bien entrada la noche. El recibimiento fue tan intenso como se esperaba de una ciudad como El Cairo.


Apenas aterrizamos, lo primero que hicimos fue comprar una SIM card en el aeropuerto para tener internet desde el primer momento. Luego, presentamos nuestras visas electrónicas, tramitadas previamente online, y nos lanzamos a la aventura de conseguir un transporte Y ahí empezó el verdadero reto.


Mientras una nube de taxistas nos ofrecía sus servicios a viva voz, intentábamos pedir un UBER en medio del caos. Primer consejo de viajero: evitá tomar taxis si podés. Los precios suelen ser mucho más altos, y muchas veces terminan "ajustándose" sobre la marcha según el conductor. En cambio, UBER funciona bastante bien en Egipto, pero ojo: no pongas tu tarjeta, pagá en efectivo. A nosotros nos cobraron un viaje que nunca ocurrió porque el conductor jamás apareció. Así que ya sabés, mejor prevenir.


Después de un buen rato de maniobras y paciencia, logramos salir del aeropuerto rumbo a nuestro alojamiento, ubicado cerca del río Nilo y de la emblemática Plaza Tahrir. Esta zona es una excelente elección para hospedarse: es segura, bien conectada y está rodeada de muy buenos restaurantes.


Esa noche caímos rendidos, pero a las 7 de la mañana el incesante tráfico de El Cairo se encargó de despertarnos. Y cuando decimos incesante, no exageramos. Salimos a la calle y tardamos 15 minutos en cruzar una avenida, hasta que un amable local se apiadó de nosotros y nos ayudó. El Cairo es una ciudad apasionante pero también desafiante. No en vano es la capital más grande, caótica y poblada del continente africano.


Y no te llevará mucho tiempo notarlo: aquí los semáforos parecen meros adornos urbanos y cruzar una calle puede sentirse como un acto de fe. Aunque solemos disfrutar mucho caminando por las ciudades, en este caso El Cairo fue la excepción. Decidimos volver a usar UBER (esta vez con éxito) para movernos hacia nuestro primer destino turístico.


Máscara funeraria de Tutankamón
Máscara funeraria de Tutankamón


1.CIUDADELA DE SALADINO


Ubicada en lo alto de la colina de Mokattam, la imponente Ciudadela de Saladino fue nuestro punto de partida para comenzar a explorar El Cairo. Y qué gran acierto: este lugar no solo es uno de los más bonitos y emblemáticos de la ciudad, sino también un verdadero viaje al corazón de la historia egipcia.


Construida en 1176 por orden de Saladino para defender la ciudad de los ejércitos cruzados, esta antigua fortaleza de robustos muros y torres majestuosas fue durante casi siete siglos el centro del poder en Egipto, desde el siglo XIII hasta bien entrado el XIX.


Dentro de la ciudadela, cada rincón guarda una historia. La elegante Mezquita al-Nasir, con sus minaretes cubiertos de azulejos, el Palacio Gawhara de estilo otomano, la tumba de Mohammed Ali, el misterioso Pozo de Yusuf, y por supuesto, la joya del recinto: la Mezquita de Muhammad Alí. Este último edificio, con su cúpula central y sus altísimos minaretes, es simplemente espectacular.


Desde lo alto, las vistas panorámicas de El Cairo son impresionantes. Ver la ciudad extendiéndose hasta donde alcanza la vista, con el polvo dorado del desierto y los minaretes recortando el cielo, es una de esas postales que no se olvidan.


La entrada cuesta 180 EGP (aproximadamente unos 3,5 USD) y te da acceso a todos los monumentos mencionados. Consejo viajero: recordá respetar el código de vestimenta, especialmente si querés ingresar a las mezquitas. Es necesario cubrirse el cabello, los hombros y las rodillas.


2.MEZQUITA DE MOHAMED ALI


Dentro del complejo de la Ciudadela, uno de los lugares que más deslumbra es la Mezquita de Muhammad Alí, también conocida como la Mezquita de Alabastro por el elegante material que recubre sus paredes, tanto en el exterior como en su interior. Esta joya arquitectónica fue construida entre 1830 y 1848, inspirada en las grandes mezquitas otomanas como la icónica Santa Sofía de Estambul.


Ubicada estratégicamente en lo más alto de la Ciudadela, la mezquita fue mandada a construir por Muhammad Alí en honor a su hijo mayor, fallecido prematuramente. Hoy en día, es uno de los templos más impresionantes de El Cairo, y no solo por su historia, sino por su belleza.


Al ingresar, te recibirán una sala de oración decorada con mosaicos brillantes, piedras preciosas, alfombras persas y una enorme lámpara que cuelga bajo la inmensa cúpula central. En el patio, destaca una fuente y el famoso reloj que fue un regalo del rey Luis Felipe I de Francia, intercambiado por el obelisco del Templo de Luxor que hoy adorna la Plaza de la Concordia en París.


Te recomendamos entrar, quitarte los zapatos, sentarte en el suelo y mirar hacia arriba. Desde allí, bajo la imponente bóveda, es fácil olvidarse por un momento del bullicio de El Cairo y simplemente dejarse llevar por la paz del lugar. Además, en su interior descansan los restos del propio Muhammad Alí, lo que añade aún más valor histórico y simbólico a la visita.


Mezquita de Muhammad Alí
Mezquita de Muhammad Alí


3.PARQUE AL AZHAR


Después de explorar la majestuosa Ciudadela de Saladino, decidimos seguir a pie rumbo a nuestro siguiente destino: el Parque Al-Azhar. Aunque la caminata de unos 15 minutos bajo el sol fue todo un desafío, te aseguramos que valió la pena. Este parque es el complemento perfecto para seguir descubriendo El Cairo desde otro ángulo, más relajado.


Considerado uno de los grandes pulmones verdes de la ciudad, el Parque Al-Azhar es un verdadero oasis en medio del caos urbano. Sus senderos bien cuidados invitan a pasear sin prisa, mientras que sus bancos a la sombra y los amplios espacios de césped son ideales para hacer una pausa y disfrutar del entorno.


Acá podés sentarte a tomar un té con menta junto al lago, observar la vida cotidiana de los locales, o incluso hacer un picnic con vistas a la Ciudadela que acabas de visitar. También cuenta con tres restaurantes donde podés comer algo con más comodidad.


En nuestro caso, aprovechamos para probar nuestro primer shawarma en uno de los puestos del parque. Fue el cierre perfecto para una mañana intensa. Además, desde varios puntos del parque, se obtienen panorámicas increíbles de El Cairo, con los minaretes asomando entre la bruma y la ciudadela recortándose contra el cielo.


Una parada ideal para recargar energías y seguir explorando esta vibrante ciudad con otros ojos.


Parque Al-Azhar
Parque Al-Azhar

4.BAZAR DE JAN EL - JALILI


Con la falsa confianza de quienes creían haber salido airosos de los mercados marroquíes, nos lanzamos a descubrir el famoso (y eterno) Bazar de Jan el-Jalili, uno de los imperdibles de El Cairo. Este mercado, con más de seis siglos de historia, nació en 1382 como un caravasar, un lugar de descanso para las caravanas de comerciantes que cruzaban el desierto. Con el tiempo, se transformó en el gran laberinto de tiendas que es hoy en día.


Recorrer sus callejuelas es una experiencia sensorial: los aromas a especias, los colores vibrantes de las telas y alfombras, el brillo de las lámparas y objetos de cobre, el bullicio constante de los vendedores, todo parece sacado de un cuento de Las mil y una noches hasta que llega la parte del regateo.


Y ahí es donde volvemos a la realidad. Si bien hay souvenirs típicos, perfumes, productos de cuero, alabastro y hasta imitaciones de marcas por doquier, es importante saber que los precios están infladísimos y que el regateo es parte del juego. Así que prepárate para negociar (o al menos intentarlo) con una sonrisa y mucha paciencia.


A decir verdad, aunque el bazar es un clásico que hay que conocer, para nosotros la experiencia fue algo abrumadora. Después de unos minutos de ser abordados por vendedores desde todos los ángulos, decidimos retirarnos antes de lo previsto. Quizás porque ya veníamos con el “training” completo tras pasar por los zocos de Marruecos, no nos sorprendió tanto como esperábamos.


Eso sí, si es tu primera vez en un mercado árabe, sin duda será un paseo inolvidable.


Horario de visita: todos los días de 9:30 a 24:00 hs.


5.GASTRONOMÍA


Para cerrar con broche de oro nuestro primer día en El Cairo, nos fuimos a cenar a Tasha Restaurante… y fue tal el festín, que al día siguiente ¡volvimos sin pensarlo dos veces! Por amor a Allah, qué maravilla de sabores. La comida egipcia nos conquistó desde el primer bocado, y este lugar fue el culpable.


Te contamos cuáles son los platos que no podés dejar de probar, tanto en este restaurante como en tu paso por Egipto:


⭐ Koshari: nuestro gran favorito. Un clásico de la cocina callejera egipcia que combina arroz, pasta, lentejas, garbanzos, cebolla frita crujiente y una irresistible salsa de tomate picante. Suena raro, pero es una explosión de sabor que sorprende.


⭐ Baba Ganoush: pedilo con pan pita recién horneado y preparate para un viaje de sabor. Esta crema de berenjena ahumada, ajo y tahini es simplemente de otro planeta.


⭐ Mahshi: verduras horneadas (como pimientos, calabacines o berenjenas) rellenas de arroz con hierbas aromáticas. Nosotros nos enamoramos del mahshi de hojas de parra: suave, perfumado y sabrosísimo.


⭐ Fatteh: ideal para cerrar con algo contundente. Lleva pollo (aunque también puede ser de ternera), arroz, ajo, yogur y capas de pan seco mojado en caldo. Un plato tradicional y reconfortante.


¿Lo mejor de todo? Comimos como reyes por menos de 5 USD. Así que si están por El Cairo, sigan nuestro consejo y dense una vuelta por Tasha Restaurante. No se van a arrepentir y probablemente también terminen repitiendo.


6.PIRÁMIDES DE GIZA


Probablemente uno de los grandes motivos que lleva a cualquier viajero a pisar suelo egipcio sea este y no es para menos. A tan solo 15 kilómetros de El Cairo se encuentran las Pirámides de Giza, la última maravilla del mundo antiguo que aún sigue en pie, y un símbolo indiscutible de Egipto.


Construidas alrededor del año 2500 a.C., este conjunto monumental está formado por tres impresionantes pirámides que albergan las tumbas de los faraones Keops, Kefrén y Micerinos. Según las creencias del Antiguo Egipto, estas construcciones reflejaban la luz del sol y permitían a los faraones ascender hacia la eternidad y alcanzar un lugar entre los dioses.


Verlas por primera vez es una sensación difícil de describir. Desde cada ángulo, cada sombra, cada rayo de luz que las recorre, estas estructuras milenarias imponen respeto y admiración. Tenés también la opción de ingresar a su interior pagando un extra:


🔸 Gran Pirámide de Keops: 400 EGP

🔸 Pirámides de Kefrén y Micerinos: 100 EGP cada una


Nosotros elegimos no hacerlo. Escuchamos comentarios poco alentadores de otros viajeros que salían decepcionados, así que preferimos dedicar ese tiempo a recorrerlas desde el exterior y disfrutar de su imponencia.


Muy cerca de la pirámide de Kefrén se encuentra otro ícono egipcio: la Gran Esfinge, con sus 20 metros de altura y ese perfil enigmático que la ha convertido en uno de los símbolos más fotografiados del país.


🚌 ¿Cómo llegar? Desde El Cairo se puede llegar fácilmente en Uber por unos 150 EGP. Eso sí, recomendamos ir bien temprano para evitar las multitudes de turistas y las altas temperaturas del mediodía.


🎟 Entrada al recinto: 240 EGP

🕘 Horario: todos los días de 8:00 a 17:00 hs


💡 Consejo viajero: lamentablemente, la experiencia en Giza puede verse afectada por el comportamiento invasivo de algunos vendedores locales. Muchos se ofrecen amablemente a tomarte una foto o regalarte souvenirs, pero luego exigen dinero de forma insistente e incluso agresiva. Esto fue algo que nos incomodó bastante y, para ser honestos, nos dejó un sabor agridulce. Por eso, aconsejamos no interactuar con los vendedores ni aceptar "ayudas" espontáneas, por más simpáticas que parezcan al principio.


Otro tema delicado (pero necesario de mencionar) es el uso de camellos y caballos para trasladarse dentro del complejo. La mayoría de los animales están visiblemente maltratados y en condiciones de salud preocupantes. Nos resultó muy doloroso ver esa realidad y por eso desaconsejamos totalmente su uso. Es una manera de respetar no solo a los animales, sino también a la historia que vinimos a admirar.


Dicho esto, a pesar de las dificultades, ver las pirámides con tus propios ojos es una experiencia única en la vida. Siguiendo algunos consejos prácticos y con expectativas realistas, se puede disfrutar de uno de los lugares más emblemáticos del planeta. Ahora sí te contamos cómo fue nuestro recorrido y nuestras impresiones personales.


A.TEMPLO DEL VALLE DE KEFRÉN


Nuestro recorrido por el complejo de Guiza comenzó en un lugar menos conocido pero absolutamente fascinante: el Templo del Valle de Kefrén. Este tipo de templos se construía junto a las pirámides y cumplía la función de entrada ceremonial al recinto funerario del faraón.


El templo que se encuentra junto a la Pirámide de Kefrén es especialmente interesante, ya que permaneció oculto bajo la arena hasta el siglo XIX, lo que ha permitido que se conserve en un estado sorprendentemente bueno. Caminar por sus pasillos silenciosos, rodeados de enormes muros de piedra y filas de columnas perfectamente alineadas, es como retroceder miles de años en el tiempo.


Las dimensiones del lugar son realmente imponentes y, aunque no siempre figura entre lo más visitado del complejo, vale muchísimo la pena entrar antes de llegar a la Esfinge. Desde aquí, además, podés sacarte una de las postales más típicas de Egipto: esa foto con la Esfinge de fondo, enmarcada por las piedras milenarias del templo.


B.LA ESFINGE


Con cabeza de faraón y cuerpo de león, la Gran Esfinge de Giza es, sin lugar a dudas, una de las figuras más enigmáticas y cautivadoras del Antiguo Egipto. Rodeada de mitos y simbolismos, ha fascinado a viajeros, historiadores y arqueólogos durante siglos. Según la leyenda, la Esfinge interrogaba a quienes se le acercaban y, si no daban la respuesta correcta tenían su muerte asegurada. No por nada se la considera una criatura de sabiduría, misterio y poder.


La de Giza es la más grande y famosa del país, y probablemente del mundo. Tallada directamente en la roca caliza del lugar, mide alrededor de 20 metros de altura y casi 60 metros de largo. Aunque el paso del tiempo le ha borrado algunos rasgos, se cree que su rostro representa al faraón Kefrén, cuya pirámide se alza justo detrás, como si ella misma la custodiará desde hace más de 4.500 años.


Según los egiptólogos, la Esfinge fue construida alrededor del año 2.500 a.C., durante la dinastía IV, y formaba parte del complejo funerario de Kefrén. A lo largo de la historia, ha sido parcialmente enterrada por la arena en múltiples ocasiones, lo que ayudó, en parte, a su conservación. No fue hasta el siglo XIX que comenzaron los trabajos sistemáticos para desenterrarla por completo.


Ubicada justo frente al Templo del Valle de Kefrén, su presencia es poderosa.


C.KEFRÉN


La Pirámide de Kefrén, construida para el faraón sucesor de Keops (su hijo), es una de las joyas del complejo de Giza y uno de los grandes imprescindibles en cualquier viaje a Egipto. Aunque no es la más alta, muchos visitantes la confunden con la Gran Pirámide de Keops por una simple razón: su ubicación sobre una meseta ligeramente más elevada y su excelente estado de conservación le otorgan una presencia aún más imponente.


Originalmente alcanzaba los 143,5 metros de altura, aunque hoy mide 136 metros debido a la pérdida de su revestimiento superior. Sin embargo, es la única de las tres grandes pirámides que todavía conserva parte de su revestimiento original de piedra caliza blanca pulida en el vértice. Este detalle es fundamental para imaginar cómo debieron lucir en su época dorada: auténticos colosos resplandecientes que reflejaban la luz del sol como si fueran faros sagrados en medio del desierto.


Kefrén, también conocido como Jafra, gobernó durante la Dinastía IV, en el siglo XXVI a.C. Bajo su reinado se construyó no solo esta pirámide monumental, sino también la Gran Esfinge, como antes comentábamos que probablemente representa su rostro. 


Una de las mejores vistas se obtiene desde el lado sur, donde se puede apreciar con claridad la cúspide aún revestida y la ilusión óptica que hace que esta pirámide parezca más alta que la de Keops, aunque en realidad no lo sea.


Si estás explorando las pirámides, no dejes de contemplar esta maravilla desde todos sus ángulos. Es una lección viva de ingeniería, astronomía y poder faraónico que ha resistido al tiempo durante más de 4.500 años.


D.LA GRAN PIRÁMIDE DE GIZA - KEOPS


Y por fin llegamos a la estrella absoluta de Giza: la Pirámide de Keops, también conocida como la Gran Pirámide. Con sus 146 metros de altura originales (hoy mide unos 138 m debido a la pérdida de su revestimiento exterior), es la más grande, la más antigua y la más enigmática de todas las pirámides egipcias.


Construida alrededor del año 2.570 a.C. durante la Dinastía IV por orden del faraón Keops (Jufu, en egipcio), fue diseñada para ser su tumba, aunque hasta hoy no se ha encontrado ni su momia ni su sarcófago original, lo que alimenta aún más el halo de misterio que la envuelve. Este coloso está compuesto por más de 2,3 millones de bloques de piedra, algunos de los cuales pesan hasta 15 toneladas. Lo más asombroso es que nadie sabe con certeza cómo fue construida. Existen decenas de teorías,desde rampas helicoidales hasta intervención extraterrestre, pero la verdad sigue siendo uno de los grandes enigmas de la humanidad.


Es la más antigua de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y la única que sigue en pie. Un dato que impacta cuando estás allí, parado frente a semejante obra que ha resistido más de 4.500 años de historia, invasiones, terremotos y el paso del tiempo.


Se calcula que su construcción habría llevado entre 20 y 30 años y que trabajaron miles de obreros, artesanos y arquitectos. Durante siglos fue el edificio más alto del mundo, hasta la construcción de la Catedral de Lincoln en Inglaterra, en el siglo XIV.


Cuando estés frente a ella, tómate tu tiempo. Caminá alrededor, observá cada ángulo y déjate maravillar por el tamaño, la precisión y la energía que emana.


E.MICERINOS


Para cerrar nuestro recorrido por la meseta de Giza, llegamos a la tercera del conjunto: la Pirámide de Micerino, también conocida como la Pirámide de Menkaura. Aunque es la más pequeña de las tres grandes pirámides, con tan “solo” 62 metros de altura original (hoy unos 65 m con la base) su encanto y elegancia no pasan desapercibidos.


Micerino fue el hijo de Kefrén y nieto de Keops, lo que confirma que estas tres maravillas fueron construidas por tres generaciones consecutivas de faraones durante la Dinastía IV del Imperio Antiguo, en un periodo sorprendentemente corto de tiempo: entre 2.600 y 2.500 a.C.


A diferencia de sus predecesoras, esta pirámide fue recubierta parcialmente con granito rojo de Asuán, un material mucho más costoso y difícil de trabajar que la piedra caliza usada en las otras dos. Esta elección posiblemente buscaba transmitir un mensaje de poder, o quizás Micerino quiso marcar su propia huella arquitectónica.


Un dato curioso (y triste): en el siglo XII, el hijo del famoso sultán Saladino intentó desmantelar las pirámides para reutilizar sus bloques de piedra. La que eligieron para comenzar fue justamente esta, por ser la más pequeña. Pero tras meses de arduo trabajo, apenas lograron dañar una pequeña parte de la cara norte y el plan fue abandonado. Hoy todavía se puede ver esa gran hendidura en uno de sus costados, como testimonio de ese intento fallido.


Aunque no tenga la imponente altura de Keops ni el aura mística de Kefrén, la Pirámide de Micerino tiene una belleza serena y única, y es el broche perfecto para este viaje al corazón de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia.




7.MUSEO DEL CAIRO


Para cerrar nuestra estadía en El Cairo, decidimos despedirnos a lo grande visitando uno de los museos más importantes del mundo: el Museo Egipcio. Aunque en 2024 se inauguró el tan esperado Gran Museo de Egipto (GEM), ubicado cerca de las Pirámides de Giza, todavía gran parte de los tesoros originales permanecen en su sede histórica de la Plaza Tahrir.


Eso sí, es importante tener en cuenta que muchos objetos están siendo trasladados al GEM, por lo que con el tiempo el Museo Egipcio irá vaciándose progresivamente. A mayo de 2025, aún conserva la mayor parte de las reliquias, pero recomendamos verificar el estado actual de cada colección antes de elegir cuál visitar.


La mudanza no solo implicó el traslado de piezas: también impactó en el mantenimiento general del museo. Aunque todavía alberga algunas de las joyas más valiosas del Antiguo Egipto, su aspecto ha decaído un poco. Aun así, sigue siendo un lugar fascinante y cargado de historia. El GEM, por su parte, promete convertirse en el museo más grande del mundo dedicado a una sola civilización, con más de 100.000 piezas en exposición, incluida la colección completa del Tesoro de Tutankamón aunque, al día de hoy, esta colección aún permanece en la sede original.


Por ahora, seguimos recomendando visitar el Museo Egipcio tradicional, pero es fundamental estar atentos a las novedades. 


🎟 Entrada: 450 EGP para el Museo Egipcio, y 1.200 EGP para el GEM (que actualmente no expone los tesoros de Tutankamón). 

🕘 Horario: abierto todos los días de 9:00 a 17:00 hs.


Ubicado en la emblemática Plaza Tahrir, el Museo Egipcio fue inaugurado en 1902 con un estilo neoclásico pensado para resguardar los tesoros más preciados del país. Sin embargo, fue en 1922, con la incorporación de las 3.500 piezas del Tesoro de Tutankamón, cuando se convirtió en uno de los museos más visitados de Egipto y del mundo. Con los años, la colección se fue enriqueciendo gracias a la recuperación de piezas robadas o expoliadas durante las guerras, muchas de las cuales estaban en museos extranjeros o colecciones privadas.


Además del tesoro intacto hallado en la tumba de Tutankamón —incluyendo su icónica máscara funeraria—, el museo alberga auténticas joyas del Antiguo Egipto: 

🔹 El Escriba Sentado

🔹 La Estatua de Zoser 

🔹 La Paleta de Narmer 

🔹 La Triada de Micerino 

🔹 La figura de Akenatón


Con más de 100.000 objetos en exposición —desde el período predinástico hasta la época grecorromana—, este museo ofrece un recorrido imprescindible para quien desee comprender la riqueza y complejidad de la civilización egipcia. Esculturas, pinturas, papiros, momias, joyas y elementos funerarios conforman la colección de antigüedades egipcias más grande del mundo.


El Museo Egipcio de El Cairo no es solo una visita cultural: es una puerta de entrada a miles de años de historia, un verdadero ícono del patrimonio egipcio que, a pesar del paso del tiempo y los cambios por venir, sigue siendo un imprescindible en tu viaje por la capital egipcia.






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