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Qué ver y hacer en Vietnam

  • Foto del escritor: Jen y Licha
    Jen y Licha
  • 13 ago
  • 24 Min. de lectura

Actualizado: 4 sept

Vietnam, nuestro gran favorito del Sudeste Asiático.


Un país que ha sabido reconstruirse tras sus guerras, demostrando una resiliencia admirable y ofreciendo al viajero una experiencia inolvidable. Su gastronomía fue amor a a primer bocado: desde los populares Bánh mì, que encontrarás en cada rincón como deliciosos bocadillos callejeros, hasta el emblemático Phở, esa sopa de fideos que reconforta el alma. Sin olvidar el crujiente Bánh xèo, la irresistible crêpe vietnamita, y su café, sin dudas el más delicioso que hemos probado en el mundo.


La naturaleza en Vietnam te deja sin palabras. En Ninh Binh, los paisajes kársticos se combinan con ríos navegables que serpentean entre templos milenarios. Ver el atardecer desde la cima de la Mua Cave es simplemente mágico. Nuestro primer crucero por la bahía de Halong fue como estar dentro de Jurassic Park, rodeados de islas cubiertas de selva que emergen del agua esmeralda. Y los arrozales de Sapa, con sus terrazas infinitas y pueblos étnicos, hacen de esta región un destino imprescindible.


Pero si algo nos enamoró aún más fue su gente. Agradable, cercana, curiosa. Siempre dispuesta a compartir su historia, sus sueños y su orgullo por su tierra. Hanoi, la capital, es el reflejo de esa identidad: una ciudad vibrante que honra a su líder histórico Ho Chi Minh, revolucionario y figura clave en la independencia del país. Su mausoleo es uno de los lugares más visitados, símbolo del respeto y la admiración que le profesa el pueblo.


Vietnam es un país que lo tiene todo: historia, paisajes, comida, cultura y gente maravillosa. Por todo esto y mucho más, te recomendamos incluirlo sí o sí en tu próximo viaje.


RANKING DE LUGARES

  1. Trang An

  2. Mua Cave

  3. Bai Dinh

  4. Bich Dong Pagoda

  5. Arrozales en Sapa

  6. Halong Bay

  7. Fansipan

  8. Cat Cat Village

  9. Mausoleo de Ho Chi Minh

  10. Old Quarter Hanoi


Panorámica de Ninh Binh
Panorámica de Ninh Binh


HANOI


No solo es la capital del país, sino también una de las ciudades más pintorescas, vibrantes y fascinantes de todo Asia. Con una gastronomía envidiable y una historia que no deja indiferente a nadie, Hanoi es el punto de partida perfecto para comenzar a descubrir Vietnam.


Desde el momento en que pisas la ciudad, te sumergís en un caos encantador: millones de motitos invaden cada rincón, haciendo de cada cruce una pequeña aventura. Decidimos alojarnos en el Old Quarter, el barrio antiguo, y apenas dejamos las mochilas salimos a callejear.


Perderse por las calles del Old Quarter es la mejor manera de empezar tu visita. Este barrio es el alma de Hanoi: bullicioso, colorido, lleno de vida y de motos. Acostumbrarte al ritmo caótico de Hanoi será todo un desafío al principio: entre coches, carritos de comida, vendedores ambulantes y mil escenas extravagantes, sentirás que estás dentro de una película.


Pero bastan unos minutos para que empieces a notar que, en realidad, este caos está perfectamente coreografiado: las motos te esquivan con destreza, los vendedores terminan cediendo con una sonrisa y, sin darte cuenta, acabas refugiándote en algún localcito que te conquista por su aroma. Pedís un Phở humeante, te sentas en una sillita bajita junto a los locales y te das cuenta de que estás exactamente donde querías estar.


Así comenzó nuestra primera noche en Hanoi: entre caos, sabores y sonrisas. Y no pudo haber sido mejor.


1.CALLE DEL TREN


El despertador sonó a las 06:00 hs. Teníamos una misión clara: conocer la icónica Train Street de Hanoi antes de que se llenará de turistas. Habíamos leído que suele colmarse de gente, así que queríamos ser de los primeros en llegar y disfrutarla en calma.


Esta calle es única en el mundo: una angosta y pintoresca vía rodeada de casas, cafés, puestos de comida y souvenirs, por donde pasa literalmente un tren a pocos centímetros de las mesas y las personas. La gracia está en sentarse en alguno de sus cafés y vivir la adrenalina de ver cómo el tren pasa frente a tus narices.


Al llegar, nos llevamos una sorpresa: la calle estaba casi vacía, lo cual fue un privilegio, pero también nos enteramos (gracias a la gente local, siempre amable y dispuesta a ayudar) de que el primer tren no pasa hasta las 09:15 hs. Aun así, valió la pena madrugar. Tuvimos este rincón tan fotogénico solo para nosotros, sin ruidos, sin multitudes, solo con el murmullo de la ciudad despertando.


Tip importante: los horarios del tren suelen cambiar, pero al día de nuestra visita eran:

09:15 hs, 11:45 hs, 15:15 hs, 17:45 hs, 19:30 hs, 21:20 hs y 22:00 hs.

Recomendamos verificar los horarios actualizados antes de ir y llegar al menos media hora antes para asegurarte un buen lugar, sobre todo si vas en horas pico.


Nosotros elegimos sentarnos a desayunar en el Railway Tuan Café, un lugar súper acogedor donde probamos el famoso egg coffee, una verdadera delicia vietnamita. Esta bebida típica se prepara con café fuerte y una crema suave de yema de huevo batida con azúcar y leche condensada. ¡Nos voló la cabeza!


Aunque no vimos pasar el tren, tuvimos una experiencia encantadora y súper auténtica. Sin dudas, Train Street es una parada imperdible en Hanoi.


Calle del Tren Hanoi
Calle del Tren Hanoi


2.TEMPLO DE LA LITERATURA


Nuestro segundo punto de interés en Hanoi fue uno de esos lugares que combinan historia, belleza y espiritualidad en partes iguales: el Templo de la Literatura (Văn Miếu), un verdadero símbolo de la cultura vietnamita.


Fundado en el año 1070, durante la dinastía Lý, este templo no solo es un homenaje a Confucio y a sus enseñanzas, sino que también fue el primer complejo universitario de Vietnam, donde durante siglos se formaron los eruditos del país. Caminar por sus jardines es viajar en el tiempo y sumergirse en una tradición que respira respeto por la educación y el conocimiento.


El recinto está distribuido en cinco patios perfectamente alineados, con senderos rodeados de árboles, estanques y arquitectura tradicional exquisitamente conservada. Uno de los más impactantes es el tercer patio, donde un gran estanque refleja la paz del entorno. A sus lados se encuentran 82 estelas de piedra montadas sobre tortugas, símbolo de sabiduría en la cultura vietnamita. En ellas están inscritos los nombres de 1.304 estudiantes que lograron graduarse en la antigua universidad imperial.


Más adelante, en el cuarto patio, se alza el altar dedicado a Confucio, flanqueado por los altares de sus cuatro discípulos más destacados. El ambiente aquí es solemne.


Entre los íconos más reconocibles del complejo está el Khuê Văn Các, un bello pabellón de madera roja sobre pilares de piedra que representa el brillo del conocimiento y es considerado uno de los símbolos culturales de Hanoi.


La entrada cuesta 70.000 VND y el templo está abierto todos los días de 08:00 a 18:00 hs. Sin dudas, una visita imprescindible para quienes desean conocer el alma académica e intelectual de Vietnam.


Templo de la Literatura
Templo de la Literatura


3.MAUSOLEO DE HO CHI MINH


De todas las experiencias vividas en Vietnam, hay una que se nos grabó para siempre: la visita al imponente Mausoleo de Ho Chi Minh, justo en una fecha muy especial para el país, el 22 de diciembre, día en que se celebra al Ejército Popular de Vietnam. En 2024, la conmemoración fue aún más significativa: se celebraban nada menos que 80 años de la fundación del ejército, conocido con orgullo como el “Ejército del Tío Ho”.


Las calles respiraban patriotismo. Desfiles, flores, banderas y ceremonias colmaban Hanoi. Nosotros, en medio de todo ese fervor, nos sumamos a la cola de visitantes para rendir homenaje a una de las figuras más queridas y respetadas de la historia vietnamita. Durante dos horas compartimos la fila con veteranos, familias y ciudadanos vestidos de gala, todos con un mismo propósito: honrar a Ho Chi Minh.


El ambiente era solemne pero vibrante. El silencio en el interior del mausoleo contrasta con la energía que se vive afuera. Allí, al igual que Lenin en Moscú, descansa embalsamado el cuerpo de Ho Chi Minh, el líder independentista que guió al país en su lucha contra la colonización francesa, fundó la República Democrática de Vietnam en 1945 y fue clave en la unificación del país tras la victoria de 1975 contra la invasión estadounidense.


Verlo allí, rodeados de tanta historia viva, fue una experiencia poderosa y conmovedora. Más allá de la política, es imposible no reconocer en Ho Chi Minh un símbolo de resistencia, libertad e identidad nacional para el pueblo vietnamita.


Si estás en Hanoi, el Mausoleo de Ho Chi Minh es una visita obligada. No solo por su valor histórico, sino por la intensidad del sentimiento que lo rodea. Te vas de allí entendiendo un poco más el alma de Vietnam.


Mausoleo de Ho Chi Minh
Mausoleo de Ho Chi Minh

4.PALACIO PRESIDENCIAL


Justo al lado del imponente Mausoleo de Ho Chi Minh se encuentra otro sitio cargado de historia: el elegante Palacio Presidencial, una construcción de estilo colonial francés que, a pesar de su belleza, nunca fue habitada por Ho Chi Minh.


¿Por qué? Porque el “Tío Ho”, fiel a su ética de vida sencilla y austera, consideraba que vivir en semejante lujo iba en contra de sus valores. En lugar de mudarse al palacio, eligió vivir en las modestas habitaciones que alguna vez ocuparon los sirvientes, y más adelante se trasladó a la cercana y ya famosa “Casa Zancuda”: una vivienda sencilla, elevada sobre pilotes, rodeada de árboles y tranquilidad. Allí vivió hasta sus últimos días. Recorrer ese espacio es asomarse a la vida íntima de uno de los personajes más importantes del siglo XX.


La entrada para visitar el complejo cuesta 40.000 VND y está abierto todos los días de 08:00 a 17:00 hs. La entrada incluye además el acceso a otro rincón muy especial: la Pagoda del Pilar Único. Este pequeño templo budista, con casi mil años de historia que se alza graciosamente sobre un solo pilar de piedra en medio de un estanque cubierto de flores de loto. Es uno de los símbolos espirituales más bellos de Hanoi y una postal imperdible para los amantes de la cultura y la arquitectura.




5.PAGODA DE TRAN QUOC


Un poco alejada del bullicio del centro, se encuentra uno de los rincones más especiales y espirituales de Hanoi: la Pagoda de Trấn Quốc. Aunque su ubicación alejada desanima a algunos viajeros, nosotros te recomendamos hacer el esfuerzo, porque realmente vale la pena.


Considerada la pagoda más antigua de Hanoi, fue construida nada menos que entre los años 541 y 545, bajo las órdenes del emperador Lý Nam Đế, de la dinastía Lý, la misma que dejó una huella imborrable en gran parte de los monumentos históricos de la ciudad.


Ubicada a orillas del Lago del Oeste (Tay Ho), su silueta rojiza se refleja en el agua creando una postal serena y majestuosa. La pagoda, de estilo budista, se eleva con 11 niveles y 15 metros de altura, cada nivel simbolizando uno de los 11 estados del budismo en el camino hacia la iluminación.


El acceso es gratuito y está abierta todos los días de 08:00 a 16:00 hs. 


Pagoda de Trấn Quốc
Pagoda de Trấn Quốc


6.BANH MI


A las 15:00 hs, el hambre ya no podía esperar y tuvimos la mejor idea: ir directo a Bánh Mì 25, uno de los lugares más emblemáticos de Hanoi para probar este clásico bocadillo vietnamita. Y no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó ampliamente.


Con su estilo callejero, ambiente relajado y una atención súper amable, este pequeño local se ha ganado su fama a pulso. En el menú hay opciones para todos los gustos: pollo, ternera, vegetariano y cerdo, pero si hay uno que tenés que probar es el de cerdo con paté, una explosión de sabor que combina a la perfección lo crujiente del pan con lo cremoso del relleno.


Los precios rondan los 30.000 a 40.000 VND, y te adelantamos algo: uno solo no va a ser suficiente. Si estás en Hanoi y querés probar un verdadero must gastronómico, Bánh Mì 25 es una parada obligada.


7.UNIQLO


No podíamos irnos de Hanoi sin hacer una parada en uno de sus íconos modernos: la emblemática tienda de Uniqlo. Ubicada en pleno centro y considerada una de las más grandes del mundo de la marca japonesa, este local es un verdadero paraíso para los amantes de la moda práctica, cómoda y de calidad.


Además de su enorme variedad de prendas, lo mejor son los precios súper accesibles, perfectos para quienes estan viajando y necesitan renovar una prenda sin gastar de más. Ya sea que busques básicos, ropa de viaje o algún souvenir útil, vale mucho la pena darse una vuelta y hacer algunas compras.


8.LAGO HOAN KIEM & THAP RUA 


Para cerrar nuestra estadía en Hanoi, decidimos dar un último paseo por uno de sus rincones más emblemáticos y tranquilos: el Lago Hoan Kiem, un auténtico pulmón verde en el corazón del casco antiguo.


Rodeado por avenidas arboladas, cafés y templos, este lago es el lugar perfecto para escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar de un momento de calma. Al caer la noche, el ambiente se vuelve aún más especial: las luces se reflejan en el agua y el aire fresco invita a relajarse y sacar la cámara. Uno de los puntos más fotografiados es, sin dudas, la Thap Rua o Torre de la Tortuga, una pequeña pagoda de piedra ubicada sobre un islote en el sector sur del lago. Construida en 1886, rinde homenaje al héroe nacional Lê Lợi, quien logró la independencia de Vietnam tras derrotar a los invasores chinos en el año 1425.


Con esta postal iluminada por los reflejos del lago y el encanto sereno de Hanoi, nos despedimos de la ciudad con el corazón lleno, listos para la próxima aventura: nuestra primera experiencia en un crucero por la majestuosa bahía de Halong.



HALONG BAY - PEONY CRUISES


Una de las experiencias que más esperábamos en nuestro viaje por Vietnam era hacer un crucero por la mítica Bahía de Ha-Long. ¡Y no era para menos! Además, era nuestra primera vez a bordo de un crucero, así que la emoción era doble. Como buenos debutantes, pasamos horas investigando, comparando opciones y leyendo reseñas. Muchos hablaban mal de la experiencia… pero venimos a contarte lo contrario: sí, se puede hacer un buen crucero sin vaciar la cuenta bancaria.


Ubicada en el golfo de Tonkin, al norte de Vietnam y a solo tres horas por carretera desde Hanoi, la Bahía de Ha Long es un espectáculo natural único. Con casi 3.000 islotes que emergen como esculturas de piedra del agua turquesa, este rincón del mundo parece sacado de otro planeta. Lo que muchos no saben es que la región está compuesta por tres bahías distintas: Ha Long Bay (la más conocida), Bai Tu Long Bay y Lan Ha Bay.


¿Querés conocerla? Hay varias formas de hacerlo. La más popular (y la que elegimos nosotros) es el crucero de dos días con una noche a bordo, aunque también existen opciones de dos noches para los que quieren disfrutar sin apuro. Si te va la aventura, podés llegar por tu cuenta a la isla de Cat Ba y embarcarte desde allí. Eso sí, la excursión de un solo día desde Hanoi no la recomendamos: vas a pasar más tiempo en la ruta que navegando.


Una vez que te decidís por el crucero, vas a ver que las opciones son infinitas. Nosotros lo reservamos a través de Booking y previamente nos habíamos tomado el trabajo de buscar el mismo barco en Google para leer opiniones reales, fundamental para evitar sorpresas.


La experiencia con Peony Cruise fue espectacular. Por 300 USD disfrutamos de una travesía de lujo: cabinas cómodas, comida deliciosa, actividades incluidas y, lo más importante, navegar entre paisajes de ensueño sin sentir que hipotecamos el futuro.




Día 1: HALONG BAY - LAN HA BAY


El día arranca temprano en Hanoi. A eso de las 7:30hs., una minivan pasa a buscarnos por el alojamiento para llevarnos hacia una de las joyas naturales más famosas de Vietnam. El trayecto hasta Ha long Bay dura unas tres horas, con una breve parada en el camino para estirar las piernas.


Al llegar a las oficinas de la naviera dejamos nuestras mochilas al personal del crucero (que mágicamente aparecen luego en el camarote) y aprovechamos una media hora de vistas de la bahía con té y café gratuito antes de embarcar. Luego un pintoresco bote de madera nos acerca a nuestro verdadero destino: el crucero que sería nuestro hogar flotante por las próximas 24 horas. Esto fue cerca del mediodía.


Desde el primer momento nos sorprendió la calidez del personal. Guías, camareros y cocineros nos hicieron sentir bienvenidos desde el saludo inicial hasta la despedida. Tras hacer el check-in, nos llevaron a nuestro camarote y quedamos boquiabiertos: teníamos bañera con vistas a la bahía y un balcón privado que era puro lujo.


Después de sacar mil fotos y grabar algunos videos para la posteridad, subimos a disfrutar de un almuerzo tipo buffet mientras el barco comenzaba a deslizarse entre las formaciones kársticas rumbo a la tranquila Lan Ha Bay.


A las 15:00 llegó una de las actividades estrella: la visita a la Cueva Oscura y Brillante, conocida por su belleza prístina y el paisaje natural que la rodea. Hicimos kayaking entre montañas de piedra caliza, explorando rincones escondidos bajo un cielo que, aunque algo nublado ese día, no le restó magia al entorno.


Al caer la tarde, sobre las 17:00, nos sorprendieron con un happy hour en la proa del barco. Fue el momento perfecto para conocer a otros viajeros. Nosotros entablamos una hermosa amistad con una pareja de chilenos y unos valencianos que estaban de luna de miel. De hecho, aún seguimos en contacto.


La jornada cerró con una cena deliciosa a las 19:30, y luego subimos nuevamente a la cubierta para brindar con unas cervezas bajo las estrellas. No se puede pedir un cierre de día más perfecto.


Durante el crucero también ofrecían actividades como clases de cocina vietnamita, pesca de calamar o tai chi al amanecer. Aunque en nuestro caso, preferimos simplemente disfrutar del paisaje desde nuestro camarote o en la cubierta, en modo relax total.


Día 2: LAN HA BAY - HALONG BAY 


El segundo día comenzó con un mágico amanecer sobre el agua. A las 6:30 ya estábamos despiertos, café en mano, admirando cómo los primeros rayos del sol se filtraban entre las formaciones rocosas que flotaban en el horizonte. Después de un desayuno liviano, arrancamos la última aventura del crucero.


A las 7:30, un pequeño barco nos llevó rumbo a Cat Ba, la isla más grande del archipiélago. El trayecto desde Gia Luan hasta la cueva Trung Trang duró unos 30 minutos, tiempo en el que navegamos entre paisajes vírgenes y selvas que trepaban por las paredes de piedra.


Una vez en la cueva, nos adentramos en un verdadero mundo subterráneo. Trung Trang es una caverna de piedra caliza milenaria que alberga un ecosistema único y un impresionante despliegue de estalactitas de todas las formas y tamaños. Caminar por sus pasadizos fue como ingresar a un templo natural, silencioso y lleno de misterio.


De regreso en el crucero, disfrutamos de nuestro último almuerzo a bordo mientras el barco ponía rumbo al puerto. A las 12:00 del mediodía desembarcamos, todavía con la emoción a flor de piel y las cámaras repletas de recuerdos.


Si estás pensando en visitar Vietnam, vivir un crucero por la Bahía de Halong es una experiencia que no te podés perder. Ya sea por los paisajes, por la tranquilidad de navegar entre islas o por las amistades que nacen en cubierta, es de esas aventuras que se viven (y se recuerdan) para toda la vida.


NINH BINH


Desde el puerto de Ha-Long emprendimos un viaje de unas 4 horas rumbo a uno de nuestros destinos preferidos, no solo de Vietnam, sino del mundo entero. Ninh Binh nos esperaba, y la emoción crecía con cada kilómetro recorrido. El traslado en mini van nos costó 230.000 VND y valió cada centavo.


Ya desde la ruta, los paisajes eran de otro planeta: montañas kársticas que emergen entre arrozales y ríos serpenteantes… no por nada a esta región se la conoce como “la bahía de Ha-Long terrestre”.


Llegamos al atardecer a nuestro alojamiento soñado, escondido en plena selva: el Trang An Eco Lodge. Sin dudas, fue el lugar más encantador en el que nos hospedamos en todo el viaje. Rodeado de un entorno natural imponente, lo que realmente hizo única la experiencia fue la calidez de quienes lo gestionan, que te reciben como si fueras de la familia.


Por las noches, la pileta se transformaba en un rincón mágico: se encendían fogoneros que invitaban a charlar con otros viajeros del mundo, compartiendo historias, anécdotas y sueños. Sin dudas, una de esas experiencias que se quedan grabadas en el corazón.


1.TRANG AN | PASEO EN BARCO 


Nuestro primer día en Ninh Binh comenzó con la actividad estrella de la región: un paseo en barca por Trang An, un lugar que parece sacado de una película que literalmente lo es. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014, este espectacular paisaje fue también escenario de la película Kong: Skull Island. Y es que el entorno natural, con sus montañas kársticas, ríos serpenteantes y templos ocultos entre la vegetación, es simplemente de otro mundo.


De las opciones disponibles, recomendamos elegir Trang An por sobre el paseo en Tam Coc, ya que es más largo, menos concurrido y, sin duda, más impresionante a nivel natural.


Para vivir esta experiencia, solo tenés que acercarte al muelle ubicado a orillas del río y comprar tu entrada ahí mismo. El paseo cuesta 250.000 VND por persona, e incluye tanto la navegación en barca como la entrada al complejo. El recorrido dura entre 2 y 3 horas, y podés elegir entre tres rutas diferentes, cada una con su propia combinación de cuevas, templos y paisajes increíbles.


Nosotros elegimos la Ruta 3, la más nueva y, por eso, también la menos turística. Esta opción ofrece una experiencia de unas 3 horas, ideal si querés sumergirte por completo en la magia de Trang An. Entre los puntos destacados de este recorrido están el Templo Trinh, la Cueva de las Nubes, Suoi Tien, la Cueva Dai, el Palacio Vu Lam, y el famoso set de filmación de King Kong. Además, incluye la Cueva Dot (Hang Dot), la más larga del complejo con un kilómetro de longitud (ojo si sos claustrofóbico) y la icónica pagoda flotante en medio del río.


Sin dudas, esta es una de esas experiencias mandatoria en tu viaje por Vietnam.


Para llegar a Trang An, tomamos un Grab (una app tipo Uber). Si todavía no te animás a moverte en moto, esta es una alternativa súper económica y práctica. Para distancias más cortas, también podés caminar o usar bicicleta: casi todos los alojamientos de la zona ofrecen este servicio sin costo.




2.BICH DONG PAGODA


Desde Trang An, continuamos nuestro recorrido hacia otro de los imperdibles de Ninh Binh: la mística Pagoda Bich Dong, ubicada en la zona de Tam Coc. A partir de aquí, decidimos hacer todo el trayecto a pie, y fue una de las mejores decisiones del viaje. Los paisajes que nos regaló el camino fueron tan mágicos que merecen ser disfrutados sin apuro, paso a paso.


La Pagoda Bich Dong es un antiguo templo escondido entre montañas, rodeado de vegetación, tranquilidad y encanto. Se encuentra en el pintoresco pueblo de Đam Khê, y además de su entorno natural imponente, sorprende por su arquitectura tradicional, única en la región. Construida en el siglo XV, durante el reinado de Le Thai To, esta joya espiritual fue excavada directamente en la roca caliza, mimetizándose con la montaña y destacándose por su fotogénica puerta de entrada, que da paso a un puente rodeado por un estanque repleto de flores de loto. Sin dudas, una de las postales más lindas que vas a capturar en todo el viaje.


El complejo está construido siguiendo el estilo tradicional chino conocido como “Tam”, que significa tres, en referencia a sus tres niveles de pagodas: Ha (inferior), Trung (media) y Thuong (superior). Estas se distribuyen a lo largo del flanco de la montaña, formando una especie de escalera natural. Cada nivel tiene su propio encanto y para llegar hasta el último deberás subir unas empinadas escaleras, pero el esfuerzo vale la pena.


El templo, hecho en madera y con tejados de tejas curvas que recuerdan las alas de un fénix, transmite una paz única. En cada rincón se respira espiritualidad y conexión con la naturaleza.


Además, la entrada es totalmente gratuita y el lugar está abierto todos los días de 09:00 a 18:00 hs. Si estás en Ninh Binh, este es uno de esos lugares que no podés dejar pasar.



3.TREKKING MUA CAVE


Hicimos una breve parada en el centro de Tam Coc para recargar energías con una rica pizza (a veces el cuerpo pide comida occidental y unos buenos carbohidratos) antes de enfrentarnos a una de las caminatas más espectaculares de todo el viaje: la subida a Mua Cave.


Este lugar es, sin exagerar, uno de los paisajes más imponentes de todo Vietnam. Y si estás buscando el mejor atardecer del país, acá lo vas a encontrar. Son 500 escalones los que te separan de la cima, y aunque la subida puede resultar exigente, la recompensa es tan alucinante que cada paso vale la pena.


Una vez arriba, podés elegir entre dos miradores: uno te lleva a una torre donde ondea la bandera vietnamita; el otro, al famoso Pico del Dragón, coronado por una escultura imponente y vistas panorámicas que te dejarán sin palabras. Eso sí, este último suele llenarse de turistas, así que nosotros preferimos descender unos metros para disfrutar del atardecer en un rincón más tranquilo. Ver cómo el sol cae sobre el serpenteante río Ngo Dong, rodeado de arrozales y montañas kársticas, fue una de las postales más inolvidables del viaje.


Alrededor de la base de la montaña, también se extiende un encantador camino que atraviesa un estanque lleno de flores de loto y vegetación acuática. Es el lugar ideal para relajarte después del trekking, tomar aire fresco y, por supuesto, sacar unas fotos más.


La entrada cuesta 100.000 VND por persona y el complejo está abierto todos los días desde las 06:00 hasta las 19:00 hs. Si estás en Ninh Binh, no podés irte sin vivir esta experiencia.




4.BAI DINH (COMPLEJO DE TEMPLOS BUDISTAS)


En nuestro último día en Ninh Binh, decidimos cerrar el viaje visitando un lugar que nos dejó absolutamente fascinados: el complejo budista de Bai Dinh. No es solo un templo, es una experiencia monumental. Con el título de ser el complejo de templos budistas más grande de Vietnam y uno de los más grandes del Sudeste Asiático, Bai Dinh impresiona desde el primer momento.


Aquí te vas a encontrar con más de 500 estatuas distintas de Buda, todas esculpidas con un nivel de detalle asombroso, y con la pagoda más alta de toda la región, una torre majestuosa de 13 pisos que se alza imponente entre las montañas y ofrece vistas panorámicas de ensueño.


Aunque la mayoría de sus construcciones son relativamente recientes (fueron levantadas a partir del año 2000), su arquitectura te transporta a otra época. Cada rincón está diseñado con una precisión y belleza que amerita que le dediques al menos medio día completo, nosotros lo hicimos y, honestamente, nos quedamos con ganas de más.


Uno de los grandes atractivos es subir hasta lo más alto de la Torre Bao Thap, desde donde podés contemplar el vasto complejo, el verde vibrante de la vegetación que lo rodea, y el río que serpentea entre los campos. Además, el interior de la pagoda es simplemente deslumbrante, repleto de detalles dorados, esculturas y una energía muy especial.


¿Qué no te podés perder en Bai Dinh?


  • Pagoda Antigua de Bai Dinh: un lugar sereno enclavado en cuevas naturales como la Cueva Clara y la Cueva Oscura, y el Templo Cao Son. Ideal para los que buscan espiritualidad y silencio.


  • Pagoda Nueva de Bai Dinh: un extenso complejo de templos y pagodas, entre ellas el Templo Phap Chu, el Templo Tam The y la mencionada Torre Bao Thap, con vistas impresionantes.


  • La estatua de Buda más grande de Asia: ubicada en el Templo Phap Chu, es una colosal imagen de Buda en bronce dorado que impone por su tamaño y serenidad.


  • Corredor de La Han: un extenso pasillo con 500 estatuas de Arhats, cada una representando diferentes expresiones y enseñanzas del budismo.


  • El campanario: una estructura octogonal que alberga una enorme campana de bronce, cuyo sonido resuena en todo el valle.


  • Vistas panorámicas inolvidables: especialmente desde la cima de la torre, donde podés tomarte un momento para contemplar el paisaje y respirar profundo.


Información útil:


La entrada al complejo es gratuita, pero por su tamaño recomendamos sumar el pase para los carritos eléctricos (60.000 VND) para ahorrar tiempo y energía, además del acceso a la pagoda por 50.000 VND adicionales.


El complejo abre todos los días de 06:00 a 22:00 hs, por lo que tenés mucho margen para recorrerlo sin apuro.


Si tenés que elegir un solo templo para visitar en Vietnam, que sea este. Es una experiencia que combina espiritualidad, historia, arquitectura y naturaleza, todo en un mismo lugar. 




5.NINH BINH CENTRO 


Para nuestra ultima tarde/noche en Ninh Binh, decidimos salir a descubrir el centro de la ciudad y su encantadora calle peatonal Hoa Lu. Apenas llegamos, cruzamos un pintoresco puente de piedra que nos llevó a un pequeño islote dominado por la imponente montaña Ky Lan, de 60 metros de altura, cuya silueta recuerda a la cabeza de un quilín, una criatura mítica de la tradición china. En lo alto de esta formación rocosa se alza una hermosa pagoda tradicional, desde donde se obtienen vistas realmente espectaculares.


Este rincón mágico combina a la perfección naturaleza y espiritualidad: un lago sereno, cinco cuevas llenas de misterio (y murciélagos), y tres pagodas sagradas crean un escenario ideal para una caminata al atardecer. Desde la cima de Ky Lan, las vistas panorámicas de la ciudad y de las icónicas “Torres de Plata” reflejadas en el lago son inolvidables. Verlas teñidas por la luz dorada del atardecer, y luego iluminadas en la noche, fue sin duda una de las postales más hermosas de todo el viaje.


Si tenés tiempo, también vale la pena entrar a las pagodas para admirar sus murales tallados a mano en piedra volcánica, verdaderas obras de arte creadas por artesanos locales que cuentan historias ancestrales con cada detalle.


Aunque nos quedó pendiente visitar Hoi An, lo cierto es que Ninh Binh de noche no tiene nada que envidiarle. El lago Ky Lan se transforma en un escenario de cuento: barquitos decorados con farolillos navegan suavemente, mientras locales y turistas sueltan linternas flotantes que tiñen el agua de colores, creando una atmósfera profundamente mágica.


Cuando cae el sol, el centro cobra vida: mercados ambulantes llenan las calles con aromas irresistibles, platos típicos y una energía vibrante que invita a pasear, probar, mirar y dejarse llevar. Como broche final, las majestuosas Torres de Plata, de construcción más reciente, se reflejan en el lago iluminadas, creando un efecto hipnótico que cierra la experiencia de manera sublime


Con esta imagen grabada en el alma, nos despedimos de Ninh Binh, un destino que superó todas nuestras expectativas, y seguimos rumbo a nuestra próxima aventura.





SAPA


Después de pasar la noche en un autobús nocturno que nos llevó desde Ninh Binh hasta Sapa (unos 400 km de distancia) llegamos a este destino que tanto nos llamaba la atención.


Ubicada en el extremo noroeste de Vietnam, a unos 1.600 metros sobre el nivel del mar, Sapa forma parte de la provincia de Lao Cai. Es conocida por sus paisajes de montaña, sus arrozales en terrazas y por ser un lugar ideal para hacer caminatas entre la naturaleza.


Además, en Sapa y sus alrededores viven varias de las minorías étnicas más representativas del país, como los H’Mong, los Dai, los Thai y los Dao, quienes aún conservan sus tradiciones y vestimentas típicas.


Y si bien hay muchas formas de disfrutar la región, una de las actividades más recomendadas es subir al Fansipan, la montaña más alta de Vietnam, utilizando el teleférico más largo del mundo, que permite disfrutar de vistas únicas sin necesidad de hacer un ascenso a pie.


1.CAT CAT VILLAGE


En nuestro primer día en Sapa, decidimos salir a conocer el centro de la ciudad y buscar algo calentito para almorzar, ya que la lluvia y el frío se habían hecho sentir desde temprano. Entre tantas opciones, encontramos un restaurante tradicional con mucho encanto: BBQ Trà Phương Quán - Đệ nhất lẩu nướng, especializado en hot pot. Este plato, de origen chino, consiste en una olla de caldo hirviendo colocada en el centro de la mesa, donde cada uno cocina sus propios ingredientes: carnes, mariscos, verduras y fideos. Fue toda una experiencia y el caldo estaba increíblemente sabroso. Sin exagerar, uno de los más ricos que probamos en todo el viaje.


Con el cuerpo calentito y el ánimo en alto, nos pusimos en marcha hacia Cat Cat Village, una pequeña aldea ubicada a unos 3 km del centro de Sapa. Fundada en el siglo XIX por familias Hmong y Dao, este lugar nació como un asentamiento agrícola y artesanal. Hoy, aunque el turismo ha modificado parte de su esencia, todavía conserva un encanto especial que hace que valga la pena la visita.


La entrada cuesta 70.000 VND e incluye un recorrido muy pintoresco por senderos rodeados de naturaleza, donde no faltan las tiendas con productos locales, cafeterías con vistas y algunos restaurantes con platos típicos. Lo que más nos gustó fue el río que atraviesa la aldea y las cascadas que aparecen entre la vegetación, creando un paisaje de lo más fotogénico.




2.TA VAN VILLAGE & ARROZALES


En nuestro segundo día en Sapa decidimos aventurarnos con un trekking entre arrozales y aldeas tradicionales, una de las experiencias más auténticas que ofrece esta región del norte vietnamita.


Diciembre no es la mejor época para este tipo de actividades: la lluvia y la niebla estuvieron muy presentes durante nuestra estadía. Aun así, el clima no arruinó la experiencia, aunque con sol, sin dudas, el paisaje habría sido aún más mágico. Desde el hotel nos facilitaron botas de lluvia (fundamentales) y coordinaron el traslado hasta el punto de inicio.


A primera hora, una van nos llevó hasta los arrozales, donde comenzó nuestro recorrido a pie. Caminamos unos 8 km hasta la aldea de Ta Van, entre senderos embarrados, terrazas cubiertas de niebla y vistas que, aunque difíciles de capturar con la cámara, quedaron grabadas en nuestra memoria.


Uno de los momentos más especiales fue cruzar el Puente Cau May, conocido también como Puente de las Nubes. Se trata de un estrecho puente de madera suspendido entre árboles, usado principalmente por la etnia H’mong. En días brumosos, como el nuestro, el puente parece flotar entre las nubes, lo que le da ese nombre tan poético.


La caminata finalizó en Ta Van, una aldea enclavada en el hermoso valle de Muong Hoa, a unos 12 km del centro de Sapa. Rodeada de arrozales, arroyos y colinas cubiertas de neblina, la aldea es hogar de varias minorías étnicas como los H’mong, Giay y Red Dao. Sus casas tradicionales, los coloridos tejidos de brocado y la calidez de su gente hacen que la visita valga completamente la pena.


Durante el recorrido también tuvimos algunos encuentros típicos del lugar, como los famosos búfalos de agua, que se pasean tranquilos entre los campos.


Aunque el clima no acompañó, fue una experiencia inolvidable. La excursión nos costó 120 USD para dos personas, incluyendo guía, traslados y almuerzo.




3.FANSIPAN (CABLE CAR SUN WORLD LEGEND)


Para nuestro último día en Sapa (y también en Vietnam) nos reservamos lo mejor: subir al Fansipan, la montaña más alta de Indochina. Por suerte, llegar a la cima es más sencillo de lo que parece gracias al moderno teleférico de Sapa.


La estación base se encuentra algo alejada del centro, pero se accede fácilmente tomando un trencito panorámico que parte cerca de la iglesia de Sapa. Este pequeño recorrido ya es parte del encanto. Tanto el teleférico como todo el complejo en la cima forman parte del Sun World Fansipan Legend.


La atracción principal es, sin dudas, el Teleférico Fansipan, reconocido como uno de los más largos y altos del mundo. Durante el ascenso, se disfrutan vistas increíbles de las montañas Hoang Lien Son, arrozales en terrazas y nubes que parecen estar al alcance de la mano.


Una vez en la cima (conocida como el Techo de Indochina, a 3.143 metros sobre el nivel del mar) vas a poder fotografiar el icónico monumento que marca el punto más alto, si la niebla lo permite. Además, hay otro pequeño monorriel que te lleva cómodamente entre los distintos puntos del complejo.


Recomendamos comprar los tickets online para evitar filas y asegurarte tu lugar. El ticket completo, que incluye el monorriel desde el centro a Muong Hoa (ida y vuelta), el teleférico (ida y vuelta) y el tranvía hasta la cima (sólo ida), cuesta 40 USD por persona.




Además del teleférico, el Fansipan ofrece otras atracciones imperdibles:


-Complejo espiritual y cultural: En la cima hay un conjunto de estructuras budistas como pagodas, estatuas y el Camino de los Arhats, que crean un ambiente sereno y espiritual ideal para la contemplación.


-Estatua de Buda Amitabha: Esta imponente figura de bronce (la más alta de su tipo en Vietnam) es uno de los puntos más fotografiados del lugar por su majestuosidad y simbolismo.


-Vistas panorámicas: Si el clima acompaña, desde la cima se obtienen postales espectaculares de los valles y arrozales de Sapa, especialmente del valle de Muong Hoa.


-Cascada de los Nueve Pisos: Una caída de agua que fluye entre rocas con inscripciones budistas, creando un entorno lleno de misticismo.


-Camino de los Arhats: Un sendero decorado con 18 estatuas de bronce que representan a discípulos de Buda, ideal para una caminata reflexiva.


-Estupa: Una estructura religiosa que alberga reliquias de Buda y monjes, destino de muchos peregrinos.


Para cerrar el día (y despedirnos del país) nos fuimos a Cong Caphe a disfrutar de nuestro último café vietnamita. ¡Cómo vamos a extrañarlo! Así terminamos nuestra estadía en uno de nuestros destinos favoritos del mundo.



Cong Caphe
Cong Caphe


BUCKETLIST PARA EL PRÓXIMO VIAJE

  1. Ban Gioc Waterfalls

  2. Hue

  3. Hoi An

  4. Ho Chi Minh

  5. Playas Con Dao

  6. Playas Phu Quoc

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